6 MEDALLAS CEC: MEJOR PELÍCULA, DIRECCIÓN, ACTOR (Antonio de la Torre), SECUNDARIO (Luis Zahera), GUION ORIGINAL, MONTAJE/ 7 GOYA: DIRECCIÓN - ACTOR PROTAGONISTA (Antonio de la Torre) - MÚSICA ORIGINAL - ACTOR DE REPARTO (Luis Zahera) - SONIDO - GUION ORIGINAL - MONTAJE/ 1 PREMIO FORQUÉ: ACTOR (Antonio de la Torre)/ 3 PREMIOS FEROZ: GUION, DIRECCIÓN, PELÍCULA DE DRAMA.
POR UN PUÑADO DE EUROS
Manuel López Vidal, un influyente político, vicesecretario de su gobierno autónomo, aspira a convertirse pronto en Presidente de su Comunidad. López Vidal no afronta la actividad política como un servicio a los ciudadanos, sino como un medio para enriquecerse. Adora a su esposa y su hija, y su mayor satisfacción es poder ofrecerles un alto nivel de vida, sin que se plantee la eticidad de su comportamiento. Es un triunfador en su actividad política, su influencia no se limita al ámbito de su comunidad, sino que está a punto de dar el salto a la política nacional. Además, merced a sus maniobras corruptas, tiene una fuente de ingresos extraordinaria. La vida, pues, le sonríe.
De súbito, a partir de unas filtraciones, la guardia civil inicia una investigación y los medios de comunicación empiezan a hurgar en una presunta trama de corrupción que le implicaría a él y a sus amigos más cercanos. Sin embargo, el partido al que pertenece consigue dar un quiebro para quedar indemne y que un solo hombre, Manuel, cargue con toda la culpa. Pero López Vidal no está dispuesto a ser el chivo expiatorio, y decide luchar contra las defensas de la trama de corrupción que él mismo ha contribuido a crear, pero que ahora se han vuelto contra él y avanzan para aplastarlo. Zafarse de esa amenaza es misión imposible, en un sistema de partidos en el que «los reyes caen», pero «los reinos continúan». O tal vez sería más adecuado decir que a los reyes se les deja caer o hasta se los empuja, para que los reinos continúen.
Sorogoyen -y su coguionista Isabel Peña- da muestras sobradas de su gran talento en esta película sobre la triste realidad de la corrupción en España. Tiene el gran acierto de no aludir a ningún partido en particular, ni a ningún asunto concreto de tantos como han ido a los tribunales en los últimos tiempos. Denuncia la existencia de maquinarias de corrupción que algunos políticos han creado, aprovechando las oportunidades que ofrece el poder. Es una imagen dura de esa realidad, pero Sorogoyen no cae ni en la generalización ni en el maniqueísmo.
El guion mantiene un ritmo adrenalítico que no concede ni un respiro al espectador. La tensión y la intriga no decaen ni un instante. Visualmente el film es muy potente, y cuenta con unos personajes muy bien trazados, encarnados por unos actores soberbios entre los que destaca Antonio de la Torre como el protagonista.
Una película que merece ser reconocida y laureada.