LA IMAGINACIÓN AL PODER
June, con la ayuda de su mamá, inventó un parque de atracciones maravilloso, donde reinaba la diversión para los niños y las buenas relaciones entre todos, público y personal del lugar. Estaban al cargo del parque Peanut, el director, un delicioso chimpancé que con solo un lápiz mágico, podía dibujar y crear cualquier atracción; una hembra de jabalí seductora; un puerco espín enamorado; un oso azul grandullón y entrañable y dos divertidos castores.
Pero la madre de June cae gravemente enferma y debe ser ingresada en un hospital lejos de casa. La pequeña extraña tanto a su madre que pierde su capacidad de echar a volar la imaginación y deja de soñar el parque. Sin embargo, como por arte de magia, el parque reaparece materialmente ante ella, pero totalmente en ruinas y con las fuerzas del mal dueñas de la situación. La niña y los seis amigos animales tendrán que emprender una arriesgada aventura para tratar de revertir la situación con arrojo e ingenio.
El parque destruido, a merced de una extraña fuerza maléfica en forma de nube que se cierne sobre él, es la imagen del estado de ánimo de June, que sin su madre ya no sabe dar rienda suelta a la imaginación y, en lugar de apoyarse en su padre, que tanto la quiere, pretende cuidarlo como si el niño fuera él. En su interior, como en el parque, todo funciona mal, sin orden ni concierto, se ha abandonado al desánimo. Solo cuando la niña se encuentra en la tesitura de seguir encerrada en sí misma o aventurarse a salvar a sus amigos aun a riesgo de perder la propia vida, encuentra de nuevo su equilibrio interior y todo vuelve a la vida. Es la gran lección de la película: cuando alguien deja de pensar solo en sí mismo y se abre generosamente a procurar el bien de los demás, encuentra la propia felicidad y el entorno se llena de luz, color y armonía.
La película, llena de valores, enseña a no dejarse rendir por los miedos y asumir el protagonismo del propio crecimiento personal siendo generoso y valiente. Porque cada uno debe madurar hasta adquirir la libertad interior que le permita amar sin depender, ser creativo sin ser temerario, ser amigo sin pedir nada a cambio.
Una deliciosa película familiar, con una animación fluida, un dinamismo narrativo sin fisuras, que alterna escenas tiernas y emotivas con otras alocadas y divertidas. Una buena propuesta que encantará a los más pequeños y permitirá pasar un buen rato a los adultos.