ENSALADA DE TIROS

Michael Bryce esta anímicamente hundido porque no consigue recuperar la licencia de guardaespaldas que le fue retirada cuando el mandatario de cuya seguridad era responsable fue asesinado por su enemigo, el sicario Darius Kincaid. Lab psicóloga les recomienda un año sabático lejos de pistolas y todo tipo de violencia. Viaja a Italia, a la bellísima costa de Amalfi y se instala en un lujoso resort, dispuesto a descansar y a recobrar la paz de su vida.

Sin embargo, no tarda en verse involucrado en una ensalada de tiros cuando llega en su busca Sonia, una conocida estafadora, que lo necesita para recuperar a su reciente marido, el mismísimo Darius Kincaid, que ha sido secuestrado por una banda de mafiosos. 

Por una serie de absurdas y divertidas vueltas de la acción, Michael, guardaespaldas fracasado y deprimido, Darius, asesino a sueldo, y Sonia, la esposa de este, una temible estafadora, acaban luchando por defender a Europa de un peligroso complot.

Patrick Hughes ha recuperado a los tres actores de la película anterior, quienes hacen gala de su capacidad para este tipo de papeles, tan violentos como cómicos. Michael Bryce encarna a la perfección la figura del antihéroe, que recibe todos los golpes, de un bando y de otro, aunque siempre se levanta indemne, para regocijo del respetable.

Samuel L. Jackson y Salma Hayek, el sicario y su señora, entre palabrotas llevadas al límite de la ordinariez, con sus exageraciones consiguen provocar las carcajadas. En la secuela, se han añadido al reparto Antonio Banderas y a Morgan Freeman, en unos papeles que les quedan pequeños y dejan al público con ganas de más.

La película no es más que acción exagerada y absurda, pero es divertida por momentos. Puro producto de entretenimiento, sino otra cosa que golpes, tiros y explosiones. Una graciosa y entretenida parodia del género.