Cine y Valores

El lado bueno de las cosas

Título original: 
Silver Linings Playbook
Género: 
Puntuación: 
7

Average: 7 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2012
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
122
Contenido formativo: 
Crítica: 


Pat Solatano (Bradley Cooper) sufre un transtorno bipolar no diagnosticado hasta que agredió al amante de su mujer cuando los sorprendió en pleno adulterio. Por dicha agresión sufrió una orden de alejamiento de su esposa y fue recluido en un hospital psiquiátrico. Tras ocho meses de internamiento, regresa a casa de sus padres (Robert de Niro y Jacki Weaver) con el único objetivo de recuperar a su ex-esposa Nikki (Brea Bee), de la que está profundamente enamorado. Mientras está centrado en ese empeño, traba una extraña relación con Tiffany (Jennifer Lawrence), una joven y excéntrica viuda, adicta al sexo porque no es capaz de asumir la muerte de su marido, pero con voluntad de regenerarse.
El film presenta a una serie de personajes a cual más desequilibrado, pero profundamente humanos y, en cierto modo, paradigmas de no pocas incongruencias del hombre de hoy. Pat, el protagonista, se pregunta por qué su padre, que tiene prohibida la entrada en los estadios por su probada violencia en los encuentros, goza de libertad, y a él, por un sólo arrebato de furor, contra el amante de su mujer, lo recluyeron en un sanatorio y está bajo control psiquiátrico. Además, con un fino sentido del humor, ironiza sobre la obsesión sexual de la cultura contemporánea, que, para la mirada limpia y sin prejuicios de Pat, es propia de seres degenerados.
En la película hay un abierto rechazo de la frivolización del sexo y la infidelidad, pero deja siempre abierta la posibilidad de redención y perdón. El protagonista defiende sin ambages el valor del matrimonio como unión de calidad, y la necesidad de esforzarse para vivir un amor auténtico.
Se trata de un film original y atípico, que provoca sonrisas, no pocas carcajadas y algún punto de emoción, y que mantiene la atención hasta el final, a pesar de que el desenlace es perfectamente previsible. El guión es muy inteligente, con diálogos vivaces y graciosos y situaciones divertidas. Los personajes, encarnados todos ellos maravillosamente por un buen elenco de actores, constituyen uno de los mayores méritos de la película. Jennifer Lawrence y Bradley Cooper, la pareja protagonista, están espléndidos en sus papeles. Robert de Niro está inconmensurable como padre de Pat, cargado de supersticiones y manías. El resto de secundarios, llevan también a cabo un trabajo digno de reconocimiento.
No hay propiamente moralina en la película, pero el espectador sí acaba extrayendo una lección de vida, sobre cómo aceptar las cosas malas que nos suceden sin dejar de luchar contra las adversidades ni perder nunca la esperanza. Y, sobre todo, El lado bueno de las cosas, proporciona al espectador dos horas de solaz, risas y entretenimiento.