EL PEOR EN EL GOLF, EL MEJOR EN HUMANIDAD

Maurice Filcroft trabaja en los astilleros de una ciudad portuaria de Inglaterra, manejando una grúa. Es un hombre tímido, lleno de bondad. Maurice se enamora de Jean, una empleada de las oficinas, a la que pide matrimonio. Elle le confiesa que es madre soltera y Filcroft reconoce al hijo como propio. Poco después, se añadirán otros dos hijos, unos gemelos aficionados a la música, llenos de sueños de triunfar como cantantes. Hay mucho amor y comprensión entre Maurice y Jean y los cinco constituyen una familia apacible. Pero vienen malos tiempos para la industria y el puesto de trabajo de Maurice peligra.

Así las cosas, ve un partido de golf por televisión y le atrae de tal manera que decide participar en el Open Británico, el torneo más importante del mundo. El premio es sustancioso y sería una buena inyección para la familia. El único problema es que Maurice no ha jugado jamás al golf y no tiene ni idea de qué va ese deporte.

De todos modos envía su solicitud y, por un error burocrático, esta es aceptada y Maurice accede al torneo. Allí, juega tan mal que causa sensación. Después de muchos avatares y de sentirse derrotado y a punto de renunciar a todos sus sueños, alcanza el título de peor jugador de golf de todos los tiempos.

Deliciosa película basada en hechos reales, que habla de tesón para alcanzar los sueños, de limpieza de espíritu, de buenos sentimientos y de amor limpio y generoso. Maurice es un antihéroe, pero se mueve constantemente en el nivel de la creatividad y el encuentro personal, con una actitud y unos principios bien enraizados en los grandes valores. Todo un deleite para estos tiempos grises y poco prometedores.

El trabajo actoral es magnífico, no solo Mark Rylance y Sally Hawkins, que no pueden estar mejor, sino todo el conjunto del reparto. La trama, llena de valores humanos, resulta grata y divertida, con humor inglés, es decir, fino, sin caer nunca en el histrionismo ni la exageración. El espectador pasa de la sonrisa a la carcajada, sin que le falten tampoco algunas lagrimitas de emoción.

En película muy recomendable, para pasar un buen rato y para llevarse algunas sabias lecciones de vida.