[Crítica cedida por Pantalla90]
FAMILIA, REFUGIO SEGURO
El título de la película, CODA, es el acrónimo inglés de “Child of Deaf Adults”, ‘Hija de adultos sordos. Efectivamente, la joven Ruby es el único miembro de la familia Rossi que puede oír y hablar con normalidad. Tanto sus padres, Frank y Jackie, como su hermano mayor, Leo, son los tres sordomudos. Lógicamente Ruby domina a la perfección el lenguaje de los signos, pues lo aprendió de forma natural desde la infancia, ya que así se comunican en su casa.
Todos los miembros de la familia, como un equipo, se dedican a la pesca. La vida de pescadores en Gloucester (Massachousetts) es dura, por el trabajo en sí, pero, sobre todo, por las actitudes de abuso de los intermediarios en el comercio del pescado. Ruby, que todavía está en la escuela, resulta imprescindible para la familia como medio de comunicación para tratar de la venta del pescado y también porque, sin ella, el barco de pesca navegaría totalmente envuelto en el silencio, sin oír los avisos de la radio, que a veces son urgentes y de vital importancia.
Aunque Ruby es consciente de la necesidad que tiene la familia de ella, es poco más que una adolescente llena de sueños. En la escuela ha tenido problemas, justamente a causa de sus obligaciones con la familia, falta a clase, llega tarde... Casi de casualidad, se apunta a un coro que dirige Bernardo Villalobos, un profesor muy pintoresco, pero muy humano; un hombre que ama la música y que tiene la sensibilidad para reconocer quién puede tener un potencial de calidad en la voz. Así es como Ruby descubre su capacidad para cantar y su vocación de dedicarse a la música. Además, un compañero de coro despierta en ella los primeros sentimientos de amor. Dar cauce a sus sueños de estudiar música supondría ir a la Universidad, lejos de su ciudad, lo cual dejaría a su familia en una situación muy problemática, puesto que ella es la intérprete en toda circunstancia. Es un dilema difícil de resolver.
Sian Heder, directora y guionista, ha demostrado gracia e imaginación para adaptar la película original francesa, La familia Bélier, a la realidad de los Estados Unidos, cambiando la granja familiar de los Bélier por el negocio de la pesca de los Rossi. Pero en el fondo, lo nuclear de la película se conserva prácticamente idéntico. Toda la historia gira en torno al conflicto de mantener la unidad y el equilibrio familiar, lo cual, en principio, haría imposible que Ruby luchara por sus sueños de tener una vida suya propia y dedicarse a la música.
La trama está impregnada de buenos sentimientos, pero la faceta cómica de los personajes impide que caiga en la sensiblería en ningún momento. Sin duda conmueve pensar que unos padres no puedan compartir ni prácticamente comprender la pasión de su hija por la música, ni participar plenamente de su éxito, porque son incapaces de oír. Sin embargo, hay tanto humor y optimismo en la ternura con la que siguen la trayectoria de Ruby, que el espectador conserva la sonrisa sin que afloren las lágrimas.
Emilia Jones hace un buen trabajo, sabe dotar a su personaje de realismo, tanto como muchacha decidida cuando se trata de defender a la familia y al negocio, también muestra un carácter fuerte cuando se queja de las excentricidades de su padre, y, al mismo tiempo, aparece como una adolescente tímida e insegura en sus primeros sentimientos de amor, y una persona muy atormentada cuando se siente responsable de tan siquiera soñar con planes de futuro dado que es tan necesaria como intérprete de sus padres y sus hermano. Jones consigue hacer a Ruby entrañable al espectador y que este se identifique con su situación conflictiva y sus dudas. Marlee Matlin, Jackie, la madre en el film,Troy Kotsur, Frank, el padre, y Daniel Durant, Leo, el hermano, son tres actores estadounidenses sordos, que saben meterse perfectamente en sus respectivos papeles. También hacen un buen trabajo el actor mexicano Eugenio Derbez, el profesor de música, y Ferdia Walsh-Peelo, el joven enamorado.
En conjunto es una película muy entretenida, incluso divertida a ratos, y llena de buenos sentimientos.