Cine y Valores

CIELO DE MEDIANOCHE

Título original: 
The Midnight Sky
Puntuación: 
5

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Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2020
Dirección: 
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
118
Contenido formativo: 
Crítica: 

SIN ESPERANZA

Año 2049. Augustine Lofthouse, un viejo científico con un cáncer terminal, ha dedicado todos sus esfuerzos a encontrar un planeta habitable, dadas las circunstancias de deterioro de la atmósfera en el planeta Tierra. Sin embargo, un «suceso» del que no se dan detalles, ha precipitado los acontecimientos y los supervivientes no tienen más salida que refugiarse en bases subterráneas, con pocas expectativas de futuro. Solo el doctor Lofthouse decide permanecer en una base en el Ártico para intentar contactar con una nave espacial que está regresando a la Tierra, para advertirles de la catástrofe e instarlos a que regresen al planeta K-23, que reúne las condiciones de habitabilidad requeridas.

A partir de ese momento, la narración sigue dos líneas de acción muy distintas, aunque entrelazadas. Por una parte, la lucha por su supervivencia del científico y de la pequeña Iris, una niña aparecida misteriosamente junto a él, contra una naturaleza gélida y hostil, mientras tratan de llegar a una base situada más al norte, donde hay una antena que tal vez pueda permitirles establecer contacto con la tripulación y evitar su destrucción. Al mismo tiempo, seguimos la odisea espacial de la nave que se dirige a la Tierra, pero que desconoce la terrible situación porque ha perdido el contacto. Esta segunda trama rezuma la influencia de Gravity (Alfonso Cuaron, 2013), protagonizada también por Clooney, en ese caso con Sandra Bullock. Sin embargo, el actual film se queda muy lejos de la calidad del de Cuaron, y no consigue ni la misma tensión ni la profundidad humana que movía a la reflexión. En Gravity, la pequeñez del hombre se abría al infinito buscando la salvación, «aunque no se supiera rezar». En Cielo de medianoche, la única tabla a la que agarrarse es la ciencia, pero el mismo hombre, con el maltrato al planeta, ha anulado cualquier posibilidad de solución. No hay esperanza. 

Clooney no defrauda ni como director ni como actor protagonista, muy bien secundado por Felicity Jones, David Oyelowo, Kyle Chandler, Demián Bichir y el resto del elenco. Es memorable la escena de la hemorragia, con las bolitas de sangre suspendidas en la atmósfera ingrávida, y, en general, la cámara nos ofrece escenas del espacio espectacularmente majestuosas y visualmente deslumbrantes. Pero a los personajes les falta entidad humana y ninguna de las dos líneas de la trama consigue atrapar realmente al espectador.

Película distópica, sin esperanza para la Tierra ni para el género humano, culpable del deterioro de su planeta. Quiere ser una lección a tener en cuenta, pero el aviso no va más allá de provocar cierta nostalgia por un entorno cuidado, oxigenado y libre... de virus.