Cine y Valores

Caras y lugares

Título original: 
Visages, villages
Género: 
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2017
Dirección: 
Guión: 
Música: 
Intérpretes: 
Distribuidora: 
Duración: 
89
Contenido formativo: 
Crítica: 

MIRAR TROCITOS DE VIDA

Agnès Varda y el artista JR emprenden un viaje en formato road-movie por Francia para conocer a su gente y discutir sus visiones del país. El 33 años, ella 88. Dos generaciones distintas con las mismas ganas de conocer y mostrar. Se aventuran por una carretera cualquiera, en el «camión-fotomatón» de JR, sin rumbo fijo, hacia los pueblos que vayan encontrando en su viaje, para mirar con mirada profunda a sus habitantes, expresar el fondo de lo que han captado en imágenes gigantes en blanco y negro, que pegan sobre las fachadas, las paredes, los trenes, los contenedores… en todo lo que constituye el entorno habitual de las personas fotografiadas.

Los dos «protagonistas» no tienen un itinerario previsto, sino que se van dejando llevar de su intuición. No buscan nada ni a nadie en concreto, buscan las caras de los hombres que viven, trabajan, aman, sufren, en todos los rincones de Francia. Y en cada arruga, en cada gesto, sonrisa o lágrima, ven a una persona con todo el ámbito de vida que la conforma: su pasado, sus tradiciones, su presente y sus expectativas. Plasman la grandeza del ser humano en inmensas fotografías, que no se llevan, sino que ofrecen gratuitamente a la contemplación de todos. Porque hay mucho amor en el arte, y el amor sólo es auténtico si se ofrece sin pedir nada a cambio.

En su periplo conocen a personajes maravillosos, como la última habitante del poblado de mineros, que se queda sin palabras cuando ve toda su grandeza humana en la fachada de su casa; la granjera que no quiere quemar los cuernos de sus cabras, las esposas de los estibadores que viven la experiencia de sentirse poderosas observando el mundo desde la altura…

Una oda al encuentro y a la amistad. Una bocanada de aire fresco. Una película formidable, que deleita y deja al espectador con el corazón esponjado y la sonrisa en la boca.