REMEMBERING BLAZE FOLEY
BLAZE se inspira en la vida de Michael David Fuller, más conocido por su nombre artístico Blaze Foley (1949-1989). Fue una leyenda casi desconocida del movimiento Texas Outlaw Music, del que surgieron figuras como Jhonny Cash, Merle Haggard o Willie Nelson.
Ethan Hawke, actor, guionista y director, se pone en esta ocasión tras la cámara, después de haber elaborado el guion con la colaboración de Sybil Rosen, el gran amor de la vida de Blaze, a partir del libro de las memorias de Sybil. No es extraño, por tanto, que la relación de Blaze y su amada constituya el eje vertebrador de todo el hilo narrativo.
La película comienza unos años después de la muerte de Blaze, durante una entrevista de radio con Zee y Townes van Zandt, amigos y músicos de Blaze, para responder a la pregunta “qué significa ser una leyenda”. Ante el micrófono, explican cómo sucedió la muerte del músico, asesinado por un disparo, cuando quería defender a un amigo de la violencia y los abusos de su propio hijo. A partir de esos recuerdos, la trama va saltando entre dos líneas narrativas, una se centra en su última actuación y la otra se va deslizando a lo largo de los acontecimientos de su vida, con la presencia permanente de Sybil, que tanto le quiso y a la que tanto amó.
Su relación amorosa comenzó en Georgia, a principios de los 80. Durante un tiempo vivieron en una casa en un árbol. Fue una etapa muy creativa para él y de una gran felicidad para ambos. Pero, a partir del cambio de residencia y de los constantes viajes de él, las desavenencias empiezan ser una fuente de amargura. A lo que se añade una carrera musical con éxitos y fracasos, con ilusiones y desengaños.
Hawke ofrece una buena película, con una fotografía impresionante, capaz, con sus colores ocres y nocturnos, de transmitir la nostalgia de la historia que narra. Además, el director ha tenido el acierto de elegir un reparto excepcional: Ben Dickey se adapta como un guante al atormentado artista y Alia Shawkat encarna maravillosamente a Sybil Rosen. Pero lo más destacable son las preciosas baladas de Blaze que están omnipresentes a lo largo del film y que ayudan a acercarnos al personaje y a empatizar con él.
Sin duda es una película destinada a un público minoritario, pero para los amantes de la música country y del folk-blues, será una auténtica joya que hay que disfrutar.