Cine y Valores

Amor a medianoche

Título original: 
Midnight Sun
Género: 
Puntuación: 
5

Average: 5 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2018
Dirección: 
Guión: 
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
91
Contenido formativo: 
Crítica: 

DULCE AMOR ADOLESCENTE

Katie Price es una adolescente bonita, inteligente y bondadosa. Vive con Jack, su padre, quien se dedica plenamente a ella, pues la niña padece una enfermedad que le impide exponerse a la luz del sol, ya que le causaría irremisiblemente la muerte. Durante el día permanece, pues, encerrada en su casa y observa el mundo desde la ventana; pero por la noche puede salir a la calle y se va hasta el solitario andén de la estación del pueblo para tocar la guitarra. En una ocasión, se encuentra cara a cara con Charlie Reed, el chico de sus sueños y surge entre ellos la chispa del amor. Pero la dolencia de Katie constituye un serio obstáculo para su relación.

Típica historia romántica de adolescentes que deben afrontar el sufrimiento y la cercanía de la muerte. Previsible de principio a fin y con personajes planos, sin profundidad. Carece de la gracia y la frescura de Blanca como la nieve, roja como la sangre (Giacomo Campiotti, 2013), en la que Leo, el muchacho protagonista, es un irresponsable alocado y divertido a quien la enfermedad de su enamorada Beatrice lo hace madurar bruscamente. Y nada que ver tampoco con el interés humano de Un paseo para recordar (Adam Shankman, 2002), que toca temas tan interesantes como las relaciones prematrimoniales, la fe religiosa como referente para la orientación de la vida, las relaciones humanas respetuosas o manipuladoras, etc.

En la película de Scott Speer, todas las relaciones humanas -de amistad, familiares y de enamoramiento- también aparecen limpias, cálidas y desinteresadas, pero sólo se tratan superficialmente. En Un paseo para recordar, el conflicto humano suponía un crecimiento personal del protagonista a través del cumplimiento de los deseos de la enferma. En el caso de Amor a medianoche, los deseos y sus efectos quedan reducidos a una canción.

Bella Thorne hace un buen trabajo como Kate, la niña enferma de XP (xerodermia pigmentosa). También Quinn Shephard, como Morgan, la fiel amiga, y Rob Riggle, como el abnegado padre, encarnan sus personajes con corrección. Bastante más flojo resulta el acartonado Patrick Schwarzenegger, un Charlie nada convincente.

Una historia romántica que no aporta nada pero que permite pasar el rato a los amantes de historias almibaradas.