EL FRUTO DEL AMOR ES EL SERVICIO

Este precioso documental ofrece los testimonios entrelazados de seis personas que siguen hoy entregando su vida en los lugares más remotos del planeta para dar a conocer y amar a Cristo, según la espiritualidad de la Madre Teresa. 

La Madre Teresa de Calcuta (Macedonia del Norte,1910-1997, Calcuta), fundadora de las Misioneras de Caridad, es la auténtica protagonista viva de la película y de las experiencias que narra. Ella es quien fue capaz de poner en movimiento cuanto aparece en el film, toda esa obra de amor inmenso, y es ella quien sigue siendo el motor que genera vitalidad para que esas personas, tan orgullosas de ser “sus dedos” consigan que cada día vuelva a amanecer en Calcuta y, en medio de la miseria másoscura, siga brillando la luz de Cristo.  

Es el cuarto documental de José María Zavala, periodista y escritor, y convertido  hace poco en cineasta, después de dos dedicados al Padre Pío de Pietrelcina (El misterio del Padre Pío y Renacidos) y uno al Papa Juan Pablo II, (Wojtyla. La investigación). Amanece en Calcuta no es propiamente un biopic, Zabala no hace un relato de la vida de Madre Teresa, sino que presenta su retrato espiritual, tal como ha impactado en las seis personas que dan testimonio de cómo esa mujer, pequeña,“no muy guapa” y llena de arrugas, pero desbordante de vitalidad, entró en sus vidas y los transformó por dentro. Aparecen fotos y vídeos de otros lugares, como Bután, y de las vidas de las personas que rinden su testimonio. La banda sonora es preciosa, incorpora incluso instrumentos musicales de la India y realmente contribuye a crear ese ambiente de dolor-amor que impregna toda la obra de las Misioneras dela Caridad. Y hay momentos para un cierto humor, como cuando cuentan que las Hermanas acudieron al Papa porque no lograban que la Madre obedeciera a los médicos. Oímos la voz de Madre Teresa, que nos lanza, como un dardo directo al corazón, que el hambre más dura para el ser humano, la que le pellizca por dentro con más urgencia, es el hambre de amor. Y nos explica que la peor desnudez de los más miserables de la tierra no es la ausencia de vestido, sino la falta de dignidad personal.

La actividad de esa monja y de sus seguidores es impresionante, pero lo más sorprendente (o no) es que su fuerza radica en la oración. Obligaba a la gente a desayunar bien, porque hace falta alimentar el cuerpo para poder salir a trabajar, pero antes, ya habían tenido su buen rato de oración personal y habían participado en la Eucaristía. Fortalecer el cuerpo y el espíritu.

La película está bien hecha técnicamente y resulta muy interesante. Aunque es dura de ver, porque la verdad arrojada a la cara del espectador sobrecoge y estremece, también irradia luz y esperanza. Cuando se encienden las luces de la sala, lo ojos están anegados de lágrimas, pero en el corazón siguen resonando con gozo las palabras de Madre Teresa: “El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. Y el fruto del servicio es la paz”.