ARMAS DE MUJER

Bilbao. Una pequeña oficina bancaria. A Raquel le quedan 24 horas para conseguir 35000€, conocidos coloquialmente como 70 binladens, en referencia a los billetes de 500€, de los que se dice que, como sucediera con Osama Bin Laden, todo el mundo ha oído hablar de ellos, pero nadie sabe dónde están. Sentada ante el director, Raquel despliega todas sus artes de convicción para que se salte algunas normas bancarias y le conceda un crédito que se haga efectivo a la mañana siguiente. Cuando está a punto de pulsar el ok en la tecla del ordenador, dos atracadores, encapuchados y armados, irrumpen en la sucursal y, con ello, abortan la operación. Raquel sabe que la solución de sus problemas pende de que la orden pueda cursarse en las próximas horas, pero, convertidos en rehenes de los delincuentes, no parece que eso sea factible. Sin embargo, no es una mujer que se rinda fácilmente.

El guion está bien planificado y mantiene un ritmo constante de tensión y suspense. Desde el principio se le van dando algunas pistas al espectador (como el mensaje que deja el policía que llama a la puerta del banco), pero la trama sigue por derroteros tan equívocos que nada es previsible. De hecho, a la salida uno se preocupa de reconstruir en su mente todo el desarrollo del argumento para ver cómo encajan todas las piezas.

Casi puede considerarse que hay unidad de lugar en el film. Prácticamente toda la acción tiene lugar en el reducido espacio de la oficina del banco y de la pequeña plaza en la que está situada. No hay efectos especiales ni giros espectaculares en la operación y, sin embargo, con esa economía de medios, Koldo Serra es capaz de mantener el interés, y de ofrecer una galería de personajes, en los que se insinúan temas como la corrupción o la extorsión bajo la cara amable de la preocupación social. Resulta muy original la forma en que se afloja momentáneamente la inquietud de la historia para dar un respiro al espectador, en plena negociación de la policía con los atracadores: dentro y fuera de la sucursal, todos -ertzainas, atracadores y hasta rehenes- están pendientes del partido del Athletic. Como la vida misma.

La película es coral y todo el reparto hace un buen trabajo, pero hay que destacar la magnífica actuación de Emma Suárez, como la enigmática mujer cuya realidad da tanto que pensar, incluso después del film, y Nathalie Poza, la inquietante atracadora, con su ojo velado y su violencia gratuita.