7 CAJAS llega a nuestras pantallas tras su paso con éxito por los festivales de San Sebastián y Toronto y haber obtenido una candidatura al Goya a la mejor película extranjera de habla hispana. Aunque los personajes hablan poco en español, casi siempre lo hacen en guaraní.
Víctor, un carretillero de 17 años que trabaja en el famoso Mercado 4 de la ciudad de Asunción (Paraguay), recibe una rara propuesta de un carnicero: a cambio de transportar siete cajas, cuyo interior desconoce, le ofrece la mitad rasgada de un billete de 100 dólares. La otra mitad se la entregará cuando deposite las siete cajas en el lugar que oportunamente le indicará. Cruzar las 8 manzanas que cubre el mercado parecía fácil, pero las cosas se le van complicando: le roban una caja, un competidor lo persigue con sus matones para apoderarse de la mercancía porque necesita el dinero del carnicero, la policía vigila estrechamente la zona buscando algo... relacionado con el misterioso contenido de las cajas.
La acción sucede casi exclusivamente en el barullo del Mercado, repleto de tipos variopintos, individuos de la más baja extracción social, pequeños delincuentes de baja estofa, matones... Por las intrincadas calles del lúgubre laberinto de puestos de venta y almacenes, tienen lugar las persecuciones, asaltos y hasta asesinatos en los cuales están involucrados Víctor y su amiga Liz. Los personajes de la historia están presentados con un realismo crudo que no escatima nada, pero, al mismo tiempo, hay un tono amable, casi conmovedor, en la ingenuidad de algunos de ellos, atraídos por llegar a salir en la televisión o por tener un móvil de última generación.
Es una película de intriga, un thriller, pero expuesto con humor amable. Tiene escenas de acción trepidante, otras macabro-cómicas, algunas en que aparece la solidaridad y la ternura entre buena gente humilde, y hasta quedan momentos para que aflore la religiosidad católica natural y la nobleza de un amor adolescente.
Se trata de un film curioso, que capta la atención del espectador, desconcierta, provoca tensión, simpatía, suspense, risas... En suma, permite pasar un buen rato en el cine.