Cine y Valores

100 DÍAS CON LA TATA

Título original: 
100 DÍAS CON LA TATA
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2020
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
88
Contenido formativo: 
Crítica: 

AMOR INCONDICIONAL

Cuando Miguel Ángel Muñoz era muy pequeño, sus padres tuvieron que recurrir a Luisa Cantero, la “Tata”, para cuidar a su hijo mientras ellos trabajaban. Desde entonces, la Tata, de 97 años y Miguel Ángel, de 38, han permanecido siempre muy unidos. Pero los años pasan y pesan, y el cineasta empieza a pensar que llegará un día en que ya no tendrá a su Tata.

Entonces toma la decisión de hacer con ella una serie de cosas para aprovechar bien el tiempo que les quede de vida en común, como viajar, hacer cine, etc. Sin embargo, sus proyectos se ven bruscamente interrumpidos por la llegada de la pandemia. La Tata ya tiene una edad avanzada, es persona de riesgo, hay que protegerla. Y Miguel Ángel se instala en casa de la anciana para que nadie más deba acercarse a ella.

100 días con la Tata es la crónica de esos más de tres meses de confinamiento, con sus luces y sus sombras y hasta sus nubarrones. Luces espléndidas, porque hay mucho amor entre ellos y porque son dos personas extraordinarias, repletas de humanidad, con sentido del humor y dispuestos a hacerse felices el uno al otro. Pero también hay sombras de oscuridad, porque Miguel Ángel, un hombre cabal donde los haya, que rezuma valores por todos los poros, y se entrega en cuerpo y alma al cuidado de su anciana Tata, debe asumir que al acabar el confinamiento, él debe retomar su vida y su trabajo. Y debe asumir, por mucho que le duela, que la separación definitiva no está muy lejos.

Es una película preciosa, un documental que te mantiene todo el tiempo con una sonrisa en los labios, que a veces se convierte en carcajada y otras se deja humedecer por lágrimas de emoción.

La historia de amor tiene dos protagonistas: Luisa, esa entrañable mujer, divertida y bondadosa y Miguel Ángel, que se abre el pecho delante del espectador, con un atrevido juego con la cámara, delante y detrás al mismo tiempo, unas veces seguro y protector cuidando a su Tata del alma, otras mostrando su lado más vulnerable, necesitado también él de seguridades.

El Miguel Ángel Muñoz actor (recordemos, por ejemplo, su personaje de “El moro” en El crack cero) ha demostrado ahora sus grandes dotes de director, con ese magnífico film y con esos dos estupendos “actores”, que transmiten y contagian amor del bueno.

Muy recomendable.