Cine y Valores

FALLEN LEAVES

Título original: 
Kuolleet lehdet
Género: 
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
Año: 
2023
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
81
Contenido formativo: 
Crítica: 

EL AMOR TODO LO VENCE

La película toma su nombre de una poesía de Jacques Prévert,  Les feuilles mortes (‘Las hojas muertas’) a la que puso música Joseph Kosma y que hizo famosa Yves Montand como canción. Su melodía suena al final para acompañar los créditos finales. Unos versos del poema constituyen la esencia de la trama del film: ‘Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,/ les souvenirs et les regrets aussi/... Mais la vie sépare ceux qui s'aiment,/ tout doucement sans faire de bruit” (‘Las hojas muertas se recogen con pala,

los recuerdos y las nostalgias también/... Pero la vida separa a los que se aman,/ suavemente, sin hacer ruido).

Fallen Leaves es una película intimista, enmarcada en la actualidad de la guerra de Ucrania, con una inflación galopante y una crisis económica todavía mayor en Finlandia, que narra la historia de amor y dolor de dos personajes solitarios y vapuleados por la vida. Ansa es soltera y trabaja con un contrato de miseria en un supermercado. Una noche se encuentra accidentalmente con Holappa, un pobre trabajador, solitario y adicto al tabaco y al alcohol. Con tan solo unas miradas, surge una chispa de atracción entre ellos. Pero la vida se va a ocupar de llevarlos de un lado a otro, como el viento de otoño arrastra las hojas muertas sobre el suelo. 

Kaurimäki sitúa el foco de su cámara sobre obreros y empleados que tienen que aceptar cualquier trabajo por muy ingrato o insalubre que sea, y que, a pesar de todo su esfuerzo, apenas si consiguen ganarse el pan, pagar la luz y el alquiler. Sin embargo, la mirada del cineasta no es socialmente reivindicativa, sino poética, y de forma magistral capta la ternura del corazón de los protagonistas, que no se deja degradar aunque los personajes sobreviven con dificultad en unas circunstancias adversas y crueles.

Holappa, adicto al tabaco y al alcohol, no consigue un trabajo mínimamente estable; Ansa sufre injusticias y adversidades en todos su empleos. Cuando esos dos seres solitarios y miserables se encuentran, algo fascinador surge entre ellos sin necesidad de palabras, solo con las miradas que no dejan de buscarse una y otra vez. Después, «la vida separa suavemente a los que se aman». En su caso, por el alcohol, un papel perdido, nombres y direcciones desconocidas...

El cineasta imprime a las calles de Helsinki un aspecto decadente con una atmósfera de melancolía y los personajes, con los rostros empalidecidos, reflejan su resignada aceptación de la ausencia de esperanza. Y sin embargo, por encima de ese ambiente deprimente, flota un halo de poesía, como un signo de que el amor es posible y el sinsentido puede cambiar.

La película de Kaurimäki es también un homenaje al cine. Es en una sala de cine de barrio arranca la historia de amor de Ansa y Holappa. Frente al cartel de Breve encuentro, la emblemática película de David Lean (1945), con Celia Johnson y Trevor Howard, se ofrecen las primeras tiernas miradas. El director finlandés cita explícitamente grandes nombres del cine a los que admira, como Bresson, y sobre todo Chaplin, que le da su nombre a la entrañable perrita a la que Ansa adopta, que en la vida real es la mascota del mismo Kaurimäki.

Fallen Leaves pone de relieve que el cine es capaz de captar la dimensión poética de la vida sin horizontes de los miserables de la tierra, porque, aun en las peores circunstancias, el ser humano conserva su dignidad y alberga en su interior un corazón de niño lleno de ternura. El foco de la cámara de Kaurimäki es capaz de traspasar la melancolía con un humor ligeramente ácido y una delicada mirada poética, y sabe descubrir la belleza y la tristeza de una existencia desoladora, bajo los ecos de la terrible guerra de Ucrania, cuyas noticias son las única ventana al gran mundo de unos personajes encerrados en unos horizontes asfixiantes. 

Aki Kaurismäki, director y guionista, nos ofrece una película extraordinaria, con unos Alma Pöysti y Jussi Vatanen perfectos en sus personajes, muy bien secundados por Janne Hyytiäinen, Nuppu Koivu, y una bellísima fotografía de Timo Salminen.