TRES MUJERES. TRES PAÍSES. UN VIAJE INOLVIDABLE. 

Tres mujeres, tres países, tres vidas muy distintas. En India, Smita, casada con un hombre bueno y con una hija pequeña, lleva una vida de terrible pobreza y vejaciones. Pertenecen a la casta de los intocables y, por tanto, no hay posibilidad de que su futuro mejore. El marido está resignado porque sabe que las castas constituyen una estructura inamovible, en la que, en ocasiones, los intocables incluso deben andar hacia atrás barriendo las huellas de sus pisadas para no contaminar a las castas superiores. Pero Smita no se resigna y sueña con un futuro mejor para su hija Lalita. Para coseguirlo, no va a escatimar esfuerzos, osadía y coraje.

Giulia pertenece a una familia acomodada de Palermo. En la casa familiar, además de los padres, viven las tres hijas: la mayor, casada con un don nadie, no ha tenido más remedio que instalarse con su hijo en la casa paterna; la pequeña es una adolescente rebelde; Giulia trabaja con su padre en el negocio familiar, un taller de pelucas y la madre, totalmente esclava de las convenciones, “reina” en el hogar como dueña absoluta. Entre Giulia y su padre hay un cariño y una complicidad muy especiales. Cuando él sufre un accidente y se queda en coma, se descubre que el negocio está en quiebra y la familia totalmente arruinada y cargada de deudas, a punto de perder la casa y quedarse en la calle. Giulia se va a enfrentar a todas las dificultades y adversidades para superar la situación.

Sarah, reconocida abogada, vive al límite de lo imposible entre su profesión, a la que se dedica en cuerpo y alma, y la atención a sus tres hijos a los que adora. Por fin, después de muchos años de esfuerzos y de éxitos profesionales bien merecidos, va a alcanzar el tan deseado ascenso a un puesto directivo. Justo en ese momento le detectan un cáncer de mama muy agresivo. Ahora va a seguir viviendo “al límite”, pero en este caso entre la vida y la muerte, entre lo esencial y lo importante.

La escritora y cineasta francesa Laetitia Colombani adapta al cine su famosa novela La tresse, publicada en 2017. Sin duda ser ella misma la autora debió de facilitarle el trazado de la narración, pero el difícil reto era encontrar en el guion cinematográfico un ritmo equilibrado entre las tres historias que se van intercalando en escena, pero que solo confluyen al final del film. El resultado ha sido notable, en gran parte gracias al magnífico trabajo de las tres actrices principales que, a pesar de protagonizar tres relatos paralelos en culturas distintas, logran que el espectador no se pierda. Las cuatro mujeres –la directora y guionista y las tres actrices–han conseguido imprimir un fondo de unidad entre tres personajes tan dispares: la “intocable” Smita (Mia Maelzer), Sarah, la exitosa abogada (Kim Raver) y Giulia (Fotini Peloso), la joven que intenta salvar de la ruina el negocio de su padre. Son tres mujeres valientes y luchadoras cuya resiliencia y tenacidad se nutre de un amor con muchas espinas. Smita se arriesga a todo por amor a su hija; Sarah tiene que optar y renunciar a lo que más deseaba por amor a sus hijos; Giulia, con toda la familia en contra, decide emprender una batalla colosal por amor a su padre y gracias también al amor de un hombre, Kamal (Avi Nash), rechazado por ser diferente.

En declaraciones de la directora, se inspiró en Babel, la película polifónica de Alejandro Gonzalez Iñárritu e, incluso, siguió en Londres un Master que impartía el guionista Guillermo Arriaga. Laetitia Colombani soñaba con hacer un Babel, pero en femenino, con tres historias que tendrían lugar en tres puntos distantes del mundo hasta acabar uniéndose al final.

La trenza es el retrato de tres mujeres valientes, tres heroínas que, cada cual a su modo, reclaman su libertad en un orden social establecido. Smita zafando a su hija de las humillaciones de la casta; Sarah, optando libremente entre el éxito profesional y la vida, la propia y la de sus hijos; Giulia sobrevuela todas las convenciones sociales: se enamora de un sij y con su ayuda tiene el valor de enfrentarse a las deudas y a la ruina. No hay ningún tipo de maniqueísmo feminista en la película, sino que es una película coral de seres humanos, con tres mujeres como protagonistas, libres e independientes, pero con varones en su entorno, buenos compañeros de su trayectoria vital.

En cuanto al tema de la fe, se muestran tres actitudes totalmente distintas: Smita es profundamente religiosa; Sarah no dirige ni una sola mirada hacia lo alto, su fe es inexistente; Giulia muestra un total rechazo a la religiosidad, a causa del fanatismo, hipocresías y ritos vacíos que percibe en su entorno. Son tres posturas que pueden considerarse paradigmáticas en el mundo de hoy. Al final las tres personas convergen en un punto de ayuda mutua, sin que ellas sean conscientes de ese encuentro. ¿Será porque, aunque el hombre cometa mil torpezas para dirigirse a Dios, Él nunca deja de estar presente para unir los lazos de amor entre los hombres?