Cine y Valores

NAPOLEÓN

Título original: 
NAPOLEON
Puntuación: 
7

Average: 7 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2023
Dirección: 
Guión: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
158
Contenido formativo: 
Crítica: 

ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA

Años de la Revolución Francesa, el populacho enardecido, un canto revolucionario de fondo –‘Ça ira, ça ira, ça ira, les aristocrates à la lenterne...–, y un oficial de origen corso, Napoleón Bonaparte, que contempla inexpresivo cómo la guillotina cae sobre el cuello de la reina Marie Atoinette. A partir de ahí, la película seguirá el ascenso del corso hasta la corona de emperador, y luego su caída hasta el triste final en el exilio de la isla de Santa Elena.

Toda la película gira en torno al personaje de Napoleón, el estratega militar, el amante, el tirano, la leyenda. Hay un héroe único de principio a fin, todos los demás –Paul Barras, Junot, Caulaincourt, el duque de Wellington, el zar Alejandro...– son sombras detrás de la figura central de Bonaparte. Y prácticamente formando parte de él, su amada son espectaculares. Concretamente en Austerlitz, las escenas del desastre del ejército en las aguas heladas, todo teñido en rojo de sangra y blanco de hilo, son impactantes.

En realidad, su esposa tiene muy poca entidad en el film, lo que cuenta es la obsesión de Napoleón por su mujer. Toda la trama argumental tiene como hilo conductor su pasión por Josefina, su infiel esposa y su ambición de guerrero.

Napoleón Bonaparte se ha convertido en un personaje de leyenda, que sigue intrigando o fascinando a través de los tiempos y hubiera cabido esperar una semblanza ética del mítico general. Pero Ridley Scott ha preferido poner el foco en los desequilibrios y debilidades de un hombre perturbado, que cuando ama aparece más que nunca como un bruto salvaje en celo. La película es, en definitiva, una aproximación al personaje complejo y controvertido de Napoleón Bonaparte, que obtuvo sonoras victorias, pero que costaron la vida a cientos de miles de soldados franceses. Resulta muy difícil empatizar con él y ese hecho marca una distancia que perjudica al conjunto de la película.  

Pero estéticamente la película es de una gran belleza. La imagen de Napoleón a caballo ante la esfinge es auténticamente el cuadro de Jean-Léon Gérôme, pero es todavía más sorprendente la escena de la coronación, de la que se diría que el cuadro de Jacques-Louis David ha cobrado vida. Hay que añadir, además, una trabajo actoral magistral de Joaquin Phoenix y de Vanessa Kirby. Sin embargo, lo más destacable de la película, donde alcanza las más altas cotas de calidad cinematográfica, es la recreación de las batallas, que son espectaculares. Concretamente en Austerlitz, las escenas del desastre del ejército en las aguas heladas, todo teñido en rojo de sangra y blanco de hilo, son impactantes.

Napoleón no es, ni pretende ser, un documento histórico, sino una narración en un marco histórico. Por tanto, los pretendidos errores históricos no son tales, pues en ningún momento se ha buscado la rigurosidad en los acontecimientos. Empezando por la bella anécdota del hijo de Josefina, que va a pedir a Napoleón el sable de su padre. El relato es famoso en Francia, pero se sabe bien que nunca sucedió en la realidad.

Es una grandísima película, un magnífico espectáculo cinematográfico.