LA MÚSICA ELEVA EL ESPÍRITU
En los años noventa del pasado siglo, Zahia Ziouani, una parisina de origen argelino, había aprendido a tocar la tuba, aunque, en realidad, ella soñaba con ser directora de orquesta, mientras su hermana gemela, Fettouma, quería llegar a ser violoncelista profesional. El amor a la música había nacido con ellas, en el seno de su familia. Vivían en el municipio de Stains, en el distrito de Saint-Denis, es decir, en una zona humilde de la periferia de París, habitada sobre todo por inmigración musulmana.
Las dos hermanas estaban bien dotadas para la música y, con solo 17 años, pudieron entrar en un instituto en el centro de París en el que la enseñanza de la música gozaba de gran prestigio. Pero allí las aspiraciones de Zahia chocaron con el desprecio de algunos compañeros y profesores muy elitistas y con los prejuicios que rechazaban la idea de que una mujer pudiera aspirar a ser directora de orquesta.
En 1995, Sergiu Celibidache, el famoso director de orquesta y musicólogo rumano-germano, fue al centro a impartir una clase magistral de dirección de orquesta. A pesar de que también él mantenía que la dirección no era cosa de mujeres, porque, según su experiencia, siempre les había acabado faltando perseverancia, Zahia lo dejó tan impresionado que decidió apoyarla. Era un gran maestro, pero también era un hombre duro y exigente. No fue fácil para la joven aprender con él, pero no desaprovechó la oportunidad que se le había presentado. Lamentablemente, el maestro falleció poco tiempo después, en 1996.
Zahia y su hermana Fettouma no solo querían dedicarse ellas plenamente a la música, sino que aspiraban a llevar la buena música a todos los lugares. Eso requería un esfuerzo ímprobo, pero ambas estaban dispuestas a no escatimar dedicación y trabajo. Y en la vida real, han alcanzado plenamente su objetivo.
La película sigue la esforzada carrera de Zahia y muestra cómo esa muchacha procedente de los suburbios de París llegó a crear la Orquesta Sinfónica Divertimento en la ciudad de Stains (Seine-Saint-Denis), que sigue llevando la música clásica a todos los rincones y que, en recientes palabras de la misma directora «muestra que los jóvenes procedentes de la diversidad pueden triunfar en estas profesiones», como a ella le ha sucedido. La clave está en la determinación y el esfuerzo continuado.
Es una película maravillosa, que describe hechos reales, con un elenco de actores que han conseguido meterse perfectamente en la piel de los personajes. Las auténticas Zahia y Fettouma Ziouani han asistido a los rodajes asesorando a Oulaya Amamra y a Lina El Arabi respectivamente. Como no podía ser de otro modo, Niels Arestrubestá soberbio encarnando a Sergiu Celibidache. Pero hay que decir que es impresionante el trabajo de cada uno de los numerosos actores.
Hay momentos muy emotivos, porque la belleza de la música eleva el alma, como cuando el muchacho que no quería ninguna relación con su padre, acaba dialogando con él, el hijo con su instrumento y su música, el padre con las lágrimas y la sonrisa. Y es memorable la escena final, en un barrio pobre, interactuando músicos y público y en medio Zahia, llevando la batuta, en sentido literal y también metafórico.
Marie-Castille Mention-Schaar ya se había acercado a la realidad de los jóvenes de familias inmigrantes en La profesora de historia. Ahora de nuevo nos ofrece una película sensible a esa problemática social, y con la música como vehículo de promoción cultural, porque, como le dice Zahia al alcalde, «La música no va a cambiar el mundo, pero puede cambiar a las personas».
Divertimento es, sobre todo, una historia palpitante de valores, como la unión familiar, por supuesto la cultura y el cultivo del arte de la música, el compañerismo, la generosidad, el trabajo, el esfuerzo...
Actualmente Zahia Ziouani es una famosa directora de orquesta, reconocida en Francia con diversos títulos de honor, y admirada en todo el mundo. También su hermana se ha convertido en una violonchelista importante. Y juntas siguen trabajando en el ámbito que les apasiona: la música.
Película imprescindible.