Poner orden en el pasado

Maruja y Manolo se escaparon a París después de la guerra civil. Trabajan como servicio en casa del embajador de los EE.UU., cuyo hijo, Alan, de 15 años, ha sido prácticamente criado por Maruja, que lo quiere como a un hijo. Cuando ella descubre que le quedan pocos meses de vida, decide volver a su tierra para reconciliarse con su pasado. Viajan a España Maruja y Manolo, con su mochila llena de recuerdos sin digerir y el joven Alan, que va a conocer las raíces de quienes lo han criado. 

El guion de Carol Polakoff, John Milarky y Natxo López es una adaptación de la novela "Speak Sunlight" de Alan Jolis. Lo mejor de la película son las buenas intenciones en las experiencias humanas de Maruja, su deseo de reconciliación, su humildad para pedir perdón a quienes hizo daño y su deseo de ponerse a bien con Dios. En cuanto al resto, la película es floja por los cuatro costados.

Es el paradigma de la “memoria histórica” a la carta, con mil exageraciones y un maniqueísmo ridículo. Es tan absurdo que descoloca al espectador de la historia humana de Maruja. Aunque tampoco su pasado queda claro, sobre todo lo concerniente a los recuerdos de familia. 

Una extraordinaria CarmenMachi lleva sobre ella todo el peso de la película. Solo ella la salva. A Karra Elejalde le sobra profesionalidad, pero, en este caso, también le sobra exageración en un personaje que más que gracioso acaba resultando algo patético de tan grosero. Cuando, por fin, se deja entrever algo de su ternura contenida, el espectador ya ha desconectado del personaje.

Hay buenas intenciones sin duda, pero es una película fallida.