Cine y Valores

EL TRIUNFO

Título original: 
Un triomphe
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2020
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
105
Contenido formativo: 
Crítica: 

EL ARTE ELEVA EL ESPÍRITU

Étienne Carboni, un actor bastante amargado por su trabajo y su vida personal, acepta a regañadientes sustituir a un amigo que lleva un taller de teatro en una prisión.

El guion está inspirado en una historia real que tuvo lugar en Suecia en la década de los ochenta del pasado siglo, aunque, en este caso, la acción se sitúa en Francia. Al principio, Étienne acepta bien a disgusto el encargo, que le viene de Stéphane, su antiguo compañero de teatro, que ha tenido más suerte que él y ahora está sobrepasado de trabajo. De hecho, Stéphane, que ahora gestiona un teatro en París, adopta un aire de una cierta superioridad y condescendencia con su viejo amigo.

Sin embargo, la relación con los presos y su inquebrantable amor al teatro, le acaban sugiriendo que la obra que debe montar es Esperando a Godot, de Samuel Becket. La espera absurda de quienes no esperan nada más que el transcurrir del tiempo se adapta perfectamente a la pieza de Becket. 

 La improvisada “compañía” de actores prospera de tal manera, que Carboni llega incluso a conseguir que la directora del centro penitenciario les otorgue un permiso para realizar una gira por distintos teatros de Francia. El éxito es tan espectacular que finalmente les surge la gran oportunidad de representar en París, con presencia de autoridades. No queda libre ni una sola localidad.

Pero la farsa no ha terminado.

Emmanuel Courcol nos ofrece una película amable, de buenos sentimientos, con momentos de humor y otros de tensión dramática. Lo nuclear de la narración, más que los presos convertidos en actores, es el personaje de Étienne, con su fracaso profesional, su reciente divorcio y las relaciones tensas con su hija de veinte años. Las relaciones con esas personas conflictivas a las que tiene que convertir en actores, acaban devolviéndole a él la calidez de las relaciones humanas, hechas de generosidad y comprensión.

Kad Merad lleva a cabo un trabajo encomiable, muy bien secundado por un grupo de actores prácticamente desconocidos pero capaces de moverse con soltura en sus respectivos personajes.