Cine y Valores

LA HIJA

Título original: 
La hija
Género: 
Puntuación: 
7

Average: 7 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2021
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
122
Contenido formativo: 
Crítica: 

NO SIN MI HIJA

Una joven delincuente de 14 años, embarazada de su novio que está en la cárcel, se ha fugado del centro de menores en el que estaba internada, con la complicidad de Javier, el «maestro», su tutor en la institución. Él y su esposa Adela acogen a Irene en su casa, aislada en medio del campo, en la provincia de Jaén. 

Han llegado a un acuerdo con la niña para que se quede con ellos hasta que dé a luz y les entregue al bebé a cambio de una buena cantidad de dinero que le permitirá iniciar una nueva vida. Adela no puede tener hijos y el matrimonio los desea ardientemente. Para que nadie sospeche, Adela finge estar embarazada y se deja ver por el pueblo con el vientre cada vez más abultado. 

Sin embargo, la cosa se complica porque, a medida que avanza el embarazo, Irene siente despertar en ella el instinto o maternal y ya no quiere ni pensar en separarse de su hija. Para más complicaciones, Osmán, su novio y padre de la criatura, sale de la cárcel y busca desesperadamente a Irene. Al mismo tiempo, la policía desorientada por la falta de rastros de la fugada, no deja de merodear la casa de Javier.

Los personajes son todos muy interesantes y, además, están encarnados por un elenco que funciona a la perfección. Javier, el «maestro», es un hombre afable, cariñoso, comprometido con la realidad de los jóvenes internos del Centro. Por eso ellos se fían de él.

No parece ocultar un lado oscuro de su personalidad, y, sin embargo, está dispuesto a satisfacer el deseo de tener un hijo, literalmente a cualquier precio. Javier –y lo mismo Adela– es una persona típica de nuestro tiempo, que actúa sin otro referente ético que su propio deseo.

La trama se desarrolla con calma, recreándose en cada nuevo dato que se ofrece al espectador para que vaya componiendo el rompecabezas mientras intenta prever el desenlace. Este ritmo pausado es el adecuado para poder reflexionar sobre los efectos perniciosos de considerar que los deseos y las apetencias, por el hecho de ser intensos, llevan en sí mismos la propia justificación.

El hombre entregado a sus pulsiones es altamente destructivo para sí mismo y para su entorno. Es la gran lección que nos deja la película de Manuel Martín Cuenca, tan bien rodad y tan bien interpretada, que «huele» de lejos a futuros galardones.