¡ESTE HOMBRE ES MÍO!
Charles Condomine es un famoso escritor de novelas y guiones cinematográficos. Está atravesando un mal momento, pues está sufriendo un terrible bloqueo creativo. De hecho, no ha publicado ni escrito nada desde el fallecimiento de Elvira, su primera esposa, hace ya siete años. Ruth, su actual mujer hace cuanto puede para facilitarle un clima propicio al trabajo, pero es inútil, la inspiración no acude a la cita.
Una noche, para animar una velada en su casa con un matrimonio amigo, Charles invita a una médium, Madame Cecily Arcati, para que organice una sesión de espiritismo. Piensa que, tal vez, viendo los trucos de la médium podrá encontrar nuevas ideas para el guion que debe escribir.
Sin embargo, nada sale como se esperaba, los poderes de Madame Arcati se descontrolan y el espíritu de Elvira se personifica, aunque solo Charles puede verla y oírla. Los celos entre ambas esposas, Elvira y Ruth, y el afán de cada una por alejar a la otra de su marido crearán situaciones alocadas.
Basada en una obra teatral de Noëll Coward, estrenada en 1941, la película es un remake de la que dirigió David Lean en 1945, con Rex Harrison, Constanze Cummings, Kai Hammond y Margaret Rutherford. El guion de Piers Ashworth, Meg Leonard y Nick Moorcroft presenta ligeras variaciones que, sin duda, buscan adaptar en cierto modo la historia a la actualidad, como un cierto aire feminista de prevalencia de la mujer ante un varón torpe y dependiente, además de ingenuo y presumido, o la inclusión del cine dentro del cine, con el guion que le ha encargado su suegro y que Charles es incapaz de escribir.
Dan Stevens, el apuesto “primo Andrew” de Downton Abbey, y sus “dos mujeres”, Isla Fisher y Leslie Mann, dan frescura a sus personajes, los tres parecen encontrarse a gusto en su piel, los hacen reales y el espectador puede fácilmente identificarse con ellos. Judi Dench nunca defrauda y, una vez más, hace un trabajo magnífico.
Es el primer largometraje de Edward Hall después de su colaboración en Downton Abbey, la serie TV creada por Julian Fellowes. La película está bien realizada, la banda sonora es una auténtica delicia y la ambientación es también correcta. Sin embargo, el director no acaba de encontrarle el punto y la trama queda obsoleta y deslucida. La película “se deja ver”, pero le falta gracia y no consigue arrancar más que una leve sonrisa, nunca una carcajada.