SE ARMÓ EL BELÉN
Salvo Ficarra es un ladrón especializado en robos de arte sacro, porque tiene un comprador seguro, tan desaprensivo y trapacero como él. Un día trata de apoderarse de una pieza única, un niño Jesús muy bien custodiado en las dependencias de la parroquia de un pequeño pueblo italiano, pero que pronto va a ser utilizado en el belén viviente que está preparando el párroco, D. Valentino Picone. Pero, quiere la casualidad que el padre Valentino pille al ladrón justo cuando sale de la iglesia con la valiosa imagen entre sus manos. Empieza entoncesentonces una divertida persecución por las calles del pueblo hasta llegar a unos juncos que esconden en su interior un túnel del tiempo que los traslada a Palestina, justo en los días anteriores al nacimiento de Jesús.
Salvo es ateo y un egoísta redomado. Se ríe de la religión y las creencias, así como de la familia y de todo cuanto implique relaciones valiosas y comprometidas. En cuanto a Valentino, profundamente creyente, es un buen hombre y un buen cura aunque muy ingenuo. Carece totalmente de un sentido práctico y realista de la vida y, ante un problema, no ve otra salida que no hacer nada, esperar y rezar. Dos personajes opuestos, pero irremediablemente unidos, primero por un salto de veinte siglos, después por una cadena que los ata el uno al otro, finalmente por una amistad auténtica.
Y entre sorpresa y temor, empieza para esa extraña pareja una gran aventura en el año cero de nuestra era, salpicada de peligros, sorpresas, sustos y muchas risas.
Totalmente perdidos por las tierras de Palestina, intentan encontrar a san José y a la Virgen María para pedirle a la Virgen que haga un milagro y los devuelva a su lugar y su tiempo en el siglo XXI. Pero mientras los buscan, se van metiendo en toda suerte de líos muy divertidos: son hechos prisioneros por los romanos; se encuentran envueltos en una escaramuza con un grupo de rebeldes zelotes; acaban participando de una fiesta en el palacio del malvado Herodes...
Sin embargo, a pesar de tantos avatares, el periplo acaba convirtiéndose para ellos en un viaje transformador. Valentino comprende que la confianza plena en Dios no exime al hombre de tomar decisiones, mientras que Salvo vive un auténtico proceso de conversión, encuentra la fe y la capacidad de entregarse por amor.
Ficarra y Picone, protagonistas, directores y coguionistas de la película, son dos cómicos muy conocidos en Italia, que llevan ya muchos años trabajando juntos. Pero no fue hasta 1917 cuando alcanzaron resonancia internacional con La hora del cambio, en su momento, la película más taquillera en Italia.
Salvo y Valentino (en la película llevan el mismo nombre que en la vida real) están soberbios en su actuación. El resto del elenco se complementa muy bien, pero son los dos protagonistas quienes llevan todo el peso de la acción
Es una comedia loca pero muy inteligente, con una alegría desbordante y totalmente impregnada de valores humanos, familiares y religiosos. Sin caer en los tópicos de las historias navideñas, acaba poniendo de relieve el verdadero sentido de la Navidad.
Han contado con un nada desdeñable presupuesto de 11 millones de euros y eso hace que, además de una buena factura técnica, la película pueda contar con muy buena ambientación en cuanto a decorados, vestuario, carros de caballos, barcos, etc.
En Italia, Il primo Natale ha cosechado ya tres millones de espectadores en solo tres semanas de exhibición, y el Premio del Público en los David Di Donatello.
Una propuesta muy buena para pasar un rato divertido y pensar también en el auténtico sentido de la Navidad. Para no perdérsela.