EN MEDIO DE LA ESTEPA

Estepa de Mongolia, una temperatura gélida. Nada ni nadie hasta el lejano horizonte. En un plano general interminable, se oyen las voces de unos policías que ocupan un viejo coche que apenas si llegamos a ver. De súbito, el cuerpo inerte de una mujer tirado en el suelo les hace parar.

El más joven del grupo recibe la orden de quedarse vigilando el cadáver y el lugar del crimen hasta que, a la mañana siguiente, acuda el juez para el levantamiento del cadáver. Una pastora de la zona llamada “Dinosaurio” le llevará cena caliente y lo acompañará durante unas horas. Es una buena protección en la noche: sabe manejar el rifle y ahuyentar a los lobos. Mientras ella esté con él, el joven policía no correrá ningún peligro.  

El director chino Quan'an Wang, de origen mongol por parte de su madre, presenta un personaje femenino recio, capaz de valerse por sí misma en ese entorno solitario y hostil. Cuando necesita ayuda para alguna labor que requiera más de dos manos, tiene a quien acudir.

Es una película sorprendente de principio a fin. El ritmo es premioso y lento y los diálogos escasos. En los primeros minutos, con el hallazgo de la mujer asesinada arrojada en medio de ese territorio inhóspito, sin duda con la intención de sea devorada por las fieras y no quede rastro de ella, parece anunciar un thriller. Después, la sorprendente historia de Dinosaurio nos acercaría al drama, pero con alguna nota graciosa que mueve nuestra sonrisa. Hay también algo de historia romántica y hasta algún componente sexual, aunque siempre mostrado con gran delicadeza, dejando que el espectador comprenda lo que sucede sin necesidad de mostrarlo explícitamente.

Los actores hacen un buen trabajo, la fotografía es hermosa y la película resulta poética y agradable de ver. No es más que una sucesión de imágenes plásticas sobre el ciclo de la vida, pero resulta interesante. Como leer un poema.