Cine y Valores

El oficial y el espía

Título original: 
J'accuse
Puntuación: 
8

Average: 8 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2019
Dirección: 
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
132
Contenido formativo: 
Crítica: 

J’ACCUSE

5 de enero de 1895. El capitán Alfred Dreyfus, joven oficial judío de historial militar impecable, fue acusado de espionaje y alta traición. Tras un juicio falseado, fue degradado y condenado a cadena perpetua en la isla del Diablo, en la Guayana Francesa. Poco después, en el curso de una investigación sobre información militar secreta que se estaba pasando a los alemanes, el teniente coronel Picquart recién nombrado jefe de información del ejército, comprobó horrorizado que Dreyfus había sido acusado injustamente. Picquart era un antisemita convencido, pero su amor a la verdad y a la justicia eran más fuertes y decidió reabrir la investigación.

Durante los doce años que duró lo que vino a llamarse “L’affaire Dreyfus” (‘El asunto Dreyfus’), Francia se fracturó traumáticamente en dos líneas de opinión, el conflicto traspasó las fronteras y se convirtió en el mayor escándalo social de finales del siglo XIX, que llegó a conmocionar a todo el mundo occidental. La dramática historia de ese hombre que penaba en el último rincón del planeta era consecuencia de un evidente error judicial que las autoridades militares y políticas no estaban dispuestas a enmendar, pero la negación del derecho a la justicia más elemental procedía, en realidad, de un antisemitismo irracional y beligerante. 

El 13 de enero de 1898, el prestigioso escritor Émile Zola publicó un artículo titulado J’accuse en la primera página del diario parisino L’aurore, en forma de carta abierta al Presidente de la República francesa, Félix Faure, en la que acusaba al gobierno de la nación de antisemitismo y que terminaba con una sucesión de párrafos encabezados por la anáfora ‘J’accuse’ señalando a los culpables directos de la farsa judicial.

Polanski narra la historia desde el punto de vista del teniente coronel Picquart, el protagonista del film. Será él quien denuncie las falsas pruebas que llevaron a la condena de Dreyfus. Jean Dujardin está magnífico encarnando a un personaje como Picquart, de una gran complejidad psicológica y política, que vive un agudo dilema interior entre lealtad al ejército y amor a la verdad. El trabajo de interpretación de los actores es excepcional. Todo el reparto aparece como involucrado en la labor de restablecer la justicia y limpiar la memoria de su patria de una las mayores iniquidades de la historia de Francia. Pero el guion mantiene siempre el equilibrio en los conflictos morales que plantea, sin caer nunca en la demagogia.

Cuesta pensar que la terrible historia de racismo antisemita que evoca la película tuvo lugar no tantos años antes del horror del holocausto. No supuso ningún aviso. De hecho, si el asunto Dreyfus ha tenido tanta resonancia histórica no ha sido exactamente por la felonía cometida contra un hombre, sino porque es una muestra evidente del antisemitismo que existía y sigue existiendo en Europa. Por otra parte, los argumentos que se aducen en el film de un país que corre el riesgo de perder su identidad nacional a causa de los “extranjeros judíos”, son los mismos que siguen resonando hoy, si bien los “invasores” que alteran la pretendida pureza tienen actualmente orígenes distintos, no solo judíos. Terrorífico.

El controvertido director polaco de origen judío nacido en Francia nos ofrece una obra magnífica, tanto en la puesta en escena como en el guion.  La película es una aventura histórica que funciona casi como un thriller, en el que, poco a poco, la gran mentira del Estado sale a luz. Atrapa desde el principio y mantiene la atención del espectador sin dejarle ni un minuto de respiro, de modo que las dos horas de metraje pasan sin darse cuenta. Un gran trabajo de Roman Polanski. Para no perdérsela.