NOVIAZGO DE CONVENIENCIA
Rafi ha sido criado por una entrañable abuela que está empeñada en que se case, como manda la tradición, en un país en que la familia tiene más importancia que el individuo. Lo único que heredó de su padre fue una considerable deuda que él pretende saldar para poder recuperar la casa familiar. Hace tiempo que dejó atrás sus sueños de ir a la universidad, y se fue de su pueblo a Mumbai, donde se gana la vida como fotógrafo callejero, comparte habitación con varios amigos y envía a su abuela prácticamente todo el dinero que gana.
Un día se cruza con Miloni, una tímida y tradicional mumbaití de clase media y le hace una fotografía en un lugar emblemático de la ciudad, “La Puerta de la India”. Presionado por su abuela, que va a buscarle una mujer para casarse, Rafi le envía la fotografía de Miloni diciéndole que es su novia.
Cuando la abuela se presenta en Mumbai para conocer a su futura nieta, Rafi le pide a la chica que, durante unos días, finja ser su novia. Ella accede y empieza una historia de mentiras y ficción entre personas buenas pero de orígenes y culturas diferentes.
Es una historia delicada, lejos de exageraciones de cualquier tipo, tanto en lo referente a la expresividad de los afectos como en el dramatismo de las situaciones. Insinúa más que dice. Esa contención le brinda elegancia al guion, pero, como lo hace con tanta discreción, el resultado es una comedia romántica un poco fría. Le falta pasión y, lógicamente, el espectador no consigue vibrar con los sentimientos de los personajes. Eso hace que la película resulte, si no aburrida, sí un poco cansina. Los actores están bien, especialmente los protagonistas, Nawazuddin Siddiqui, Sanya Malhotra, y Farrukh Jaffar, y la película está bien realizada, pero todos sus innegables méritos no acaban de lucir.