PERDIDOS EN EL ÁRTICO
El Ártico es el área de la Tierra alrededor del Polo Norte, cuyo límite del resto del planeta es el círculo polar ártico. Por encima de este, la temperatura puede bajar hasta los 70º grados bajo cero. Es un desierto hostil, helado y alejado de cualquier vestigio de civilización. Allí, varados en medio de esa inmensidad blanca, los restos de un avión y un hombre solo, Overgard, que sobrevivió al accidente y que, forzado por la necesidad y cercado por mil peligros, ha aprendido a sobrevivir mientras espera su rescate. Tiene que protegerse del frío, las tormentas polares y, lo que no es menos amenazador, de los ataques de los osos polares. Sorteando todas esas amenazas, tiene que moverse en ese páramo para buscar comida. Cuando por fin alguien oye su señal, las cosas se complican todavía más.
Primer largometraje del joven director brasileño afincado en Los Ángeles (California), Joe Penna, conocido por su canal YouTube Mystery Guitar Man, dedicado a la música experimental y a los cortometrajes. Además, ha elaborado vídeos publicitarios para grandes marcas, como Ford, Coca-Cola, Disney… Para la película Ártico, ha contado con un valor seguro, como es Madds Mikkelsen, que da muestras, una vez más, de su versatilidad, después de haberlo visto en papeles de distintos en La Caza, Un asunto real, Van Gogh, a las puertas de la eternidad, etc.
Penna, coguionista además de director, ha tenido el acierto de no detenerse en detalles sobre las causas de la presencia de Overgard en el Ártico, no hay nada sobre su vida anterior ni explicación ninguna sobre el accidente. Sin embargo, cualquier gesto o expresión del actor, así como las decisiones que va tomando, permiten ir componiendo el mapa de su personalidad. El cineasta opta también por la contención en las escenas más fuertes -como el ataque del oso-, de modo que en ningún momento el film se escore hacia un exceso de emoción o sensiblería.
Presenta las actividades de Overgard, su voluntad de sobrevivir y los esfuerzos y riesgos que le supone, casi como si se tratara de un documental, más destinado a ser contemplado que a despertar intriga y emoción. Sin embargo, la irrupción de un segundo personaje en la vida le imprime vitalidad al ritmo. De hecho, incluso hay un cierto contraste entre la tensión de dos personas cara a cara en esas circunstancias tan complicadas, y el estilo más bien esteticista de los primeros minutos de metraje.
Además de la gran calidad del trabajo actoral de Madds Mikkelsen, hay que destacar la labor del equipo técnico y artístico. A pesar de las difíciles condiciones en las que se ha grabado, la fotografía de Örn Tómasson es muy buena, sin necesidad de haber recurrido a soluciones fáciles en esos paisajes inmensos de nieve impoluta. El mismo tono contenido tiene la preciosa música original de Joseph Trapanese. El resultado final es una película de supervivencia de un hombre solo en la naturaleza salvaje, que seguramente no conmoverá la historia del género, pero que es totalmente recomendable, porque su estética y por su trama entretenida, que mantiene atrapado en todo momento al espectador.