LOS PARAGUAS DE JING
El rey del condado de Pei (Peixian) es un hombre cruel y salvaje con los suyos, pero pusilánime y servil con su mayor enemigo, el gobernador de la ciudad amurallada de Jing. Teme más que nada un nuevo enfrentamiento que podría desalojarlo del poder y, por ello, ha renunciado a reclamar dicha ciudad, que les fue arrebatada en el pasado. La corte de Pei es un nido de intrigas, porque gran parte del ejército y de la población sufre como una humillación la pérdida de Jing y ansían recuperarla.
El comandante de Pei, harto ya de la actitud cobarde e indigna de su rey reta al señor de Jing. En realidad no es el verdadero comandante, sino la Sombra, un hombre con un gran parecido, que creció oculto junto a él, para poder sustituirle cuando la ocasión lo requiriera. Ahora el auténtico comandante, herido y debilitado, vive en unos aposentos secretos solo conocidos por su esposa y la Sombra.
La película, bellísima, narra una historia trágica, en la que Zhang Yimou reinterpreta el clásico Tres reinos, con dramas íntimos de amor y fidelidad, intrigas palaciegas, actitudes tiránicas y luchas espectaculares. El símbolo taoísta chino del Yin Yang es la superficie sobre la que se sustentan las lecciones del maestro a la Sombra (el comandante herido y su sosia) y el combate de la Sombra con su contrincante de Jing. La teoría del Yin Yang considera que cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. El símbolo representa esas dos fuerzas opuestas pero a la vez complementarias, en ese caso lo femenino (la esposa del comandante) y lo masculino (la Sombra). Entre ambas logran el equilibrio perfecto en la lucha. Tanto el proceso de aprendizaje de la Sombra, unido al complemento femenino, frente al comandante que los entrena, como la lucha a muerte a las puertas de la ciudad de Jing, resultan de una belleza indescriptible.
Zhao Xiaoding, responsable de la fotografía, ha imprimido a toda la cinta unos colores apagados, casi siempre grisáceos, difuminados bajo la permanente lluvia. Esta gama cromática consigue dar a la película un tono casi irreal, entre onírico y fantasmagórico, muy adecuado para la historia que cuenta, surgida de una leyenda. En el film actúan un gran número de figurantes y pocos personajes destacables, pero el elenco principal es muy bueno y hacen un trabajo magnífico. Deng Chao está soberbio en su doble papel de comandante y Sombra y Zheng Kai sabe darle energía al cruel rey de Pei. También las dos mujeres, Sun Li como Madam, la esposa del comandante Yu, y Guan Xiaotong, la hermana del rey, están ambas muy bien en sus respectivos personajes. Sin olvidar a Wang Qianyuan como Capitán de Tian.
Una vez más, Zhang Yimou nos ofrece una auténtica maravilla, que nos deja deslumbrados de tanta belleza.