Cine y Valores

El candidato

Título original: 
The Front Runner
Puntuación: 
5

Average: 5 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2018
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
113
Contenido formativo: 
Crítica: 

La historia real de Gary Hart, un joven senador con un futuro prometedor, ídolo de los jóvenes votantes y candidato favorito para las elecciones presidenciales de 1988. Muchos veían en él a un nuevo Kennedy, la figura paradigmática de la política americana. Su relación con la prensa era correcta, el político trataba a los periodistas con deferencia y cordialidad y también ellos eran amables con él. Sin embargo todo cambió de repente, se rompió la apacible armonía y la prensa se convirtió en su peor pesadilla.  

La carrera fulgurante del brillante político fue cortada en agraz por la revelación pública de una relación extramatrimonial con una hermosa joven, Donna Rice. Por primera vez en la historia, el periodismo político se había mezclado con el periodismo sensacionalista. Todo un escándalo que truncó sus posibilidades de llegar a la Casa Blanca.

La historia tarda mucho en arrancar. Durante más de treinta minutos, la cámara sigue el trabajo enfebrecido del equipo del senador Hart en campaña electoral, sin que logre despertar demasiado interés. A partir del momento en que entra en escena Donna Rice, los periodistas empiezan a entrar en acción. De tal modo que la figura del político y la actitud de la prensa, enfrentados, son coprotagonistas del escándalo político.

Al principio, Gary Hart no comprende que un asunto de su vida privada pueda perjudicar a su proyecto político, porque nada tiene que ver un desliz extramatrimonial con los intereses políticos del país. Sin duda hubiera estado en lo cierto justamente en la época de los admirados Kennedy, a quienes el pueblo americano no les tuvo en cuenta las numerosas agitadas aventuras con mujeres. Pero a finales de los años 80 las exigencias éticas de la opinión pública han cambiado y una relación adulterina se entiende como una actitud de falsedad que hace a un hombre indigno de confianza y lo descalifica para la función pública. No hay diferencia entre un político que traiciona a su mujer y un político que traiciona a su país.

Jason Reitman, de forma muy discreta, pone de manifiesto la perversidad de ese planteamiento, lo impropio de tal identificación. Pero lo más interesante de la película es el planteamiento de los límites del periodismo de investigación, cuando lo que interesa es ser el primero en dar la noticia, sin verificar la veracidad de lo que se publica, ni medir los males que pueden llegar a acarrear sus errores e intromisiones en la vida privada de las personas.

El trabajo de los actores es bueno, pero no consiguen animar a unos personajes que carecen de hondura y resultan distantes y fríos. A priori los dos temas del film parecen interesantes: la ejemplaridad ética sin fisuras que la prensa exige al político, y la burla a la ética más elemental por parte de la misma prensa que supone hurgar en la vida privada de las personas con la poder articular una noticia sensacionalista. Pero al relato le falta intensidad y la película no engancha.