Cine y Valores

Milla 22

Título original: 
Mile 22
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2018
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
94
Contenido formativo: 
Crítica: 

VIVE Y DEJA MORIR 

En un país imaginario de Asia, sospechoso de realizar actividades nucleares ilegales, Overwatch, un equipo de agentes americanos de élite recibe una peligrosa misión. Un policía del país, Li Noor, ha llegado a la embajada de los Estados Unidos con un disco encriptado que contiene información sobre la localización de material radioactivo robado, que permitiría fabricar bombas con mayor capacidad destructiva que Hiroshima y Nagasaki. La condición de Li para proporcionar la clave que permitiría abrir el disco es ser enviado a América con asilo político. El plazo de tiempo es muy breve, porque el disco ha comenzado un proceso de autodestrucción. Al frente del equipo Overwatch está James Silva, un experimentado agente de la CIA y el jefe supremo de la operación es Bishop, «madre» en lenguaje clave.

Silva es una persona peculiar, con unas características muy especiales. Desde niño se le diagnóstico superdotación intelectual, con algunos problemas añadidos, y se le recomendó algún gesto con el que pudiera descargar la tensión de su transtorno obsesivo compulsivo, cuando éste se hiciera demasiado vivo o violento. A lo largo del film, en momentos especialmente tensos, le vemos tirando de un elástico que lleva en la muñeca y cuyo ruido repetitivo tal vez a él le sirva para soltar tensión, pero que resulta muy inquietante para el espectador. Junto a Silva, la agente Lauren Cohan, femenina, hermosa y con ternura de madre, pero capaz de enfrentarse a los más peligrosos enemigos.

Desde la embajada americana hasta el aeropuerto en el que un avión debe recoger a Li para trasladarlo a los EE.UU. -siempre que antes haya dado el código necesario para abrir el disco y poder conocer la ubicación del material radioactivo- hay una distancia de 22 millas (algo menos de 35 kilómetros). En el trayecto van a multiplicarse los ataques llevados por todo un ejército de asesinos, armados hasta los dientes -lanzallamas, metralletas, bombas, etc.-. La acción se centra totalmente en el lapso de ese peligroso recorrido, tras el que va quedando un impresionante reguero de sangre y muerte.

Los «malos» de la película son agentes del país ficticio, que, a diferencia de los americanos, no tienen ni el más mínimo escrúpulo en atentar contra la población civil con tal de evitar que el material robado pueda ser recuperado. Ese planteamiento maniqueísta -malos contra buenos- le permite a Peter Berg hacer en el film un auténtico alegato pro-americano, sin molestar a nadie, pues el enemigo no puede ser identificado con nadie, es de un país imaginario. Por otra parte, unos agentes rusos intervienen también en la aventura, lo cual nos trae ecos patrióticos de la guerra fría, sin que hasta el final lleguemos a saber qué tiene que ver Rusia con lo que está sucediendo. No obstante, los personajes «enemigos» no tienen ninguna entidad, son solo eso, las fuerzas del mal, contra las cuales combaten los «héroes americanos». El único personaje no americano interesante es Li Noor, encarnado por la superestrella indonesia de las artes marciales Iko Uwais. Evidentemente, de él no se espera que sea el antagonista de Mark Wahlberg, sino que lo que interesa es que realice los combates coregráficos que le son propios. De él se espera el espectáculo. A sus seguidores les encantará la «escena de la enfermería», que el tráiler ha desvelado, y que, sin duda, les va a parecer insuficiente. Aunque es la mejor de la película.

Las interpretaciones son muy buenas. Mark Wahlberg es el héroe duro y violento, pero con un claro sentido ético de fondo. Con Lauren Cohan se consigue dar un toque humano a toda una trama deshumanizada, en la que la vida y la muerte se confunden en cada instante. También Iko Uwais sabe estar a la altura de esos magníficos compañeros de reparto. John Malkovich, aun con un papel secundario, deja en escena su impronta de gran actor.

Desde el principio, desde antes de los créditos, hasta la escena de persecuciones dentro del edificio, al final del metraje, la acción se desarrolla sin conceder un respiro. Toda la película es acción a ritmo vertiginoso, no hay un momento de reposo entre persecuciones, bombas y tiros. Pero todas esas peleas y ensaladas de tiros terminan de forma sorprendente. No puede decirse más, pero tampoco puede omitirse que es un desenlace insólito, pero muy logrado.

Apenas si la película ha llegado a las pantallas y ya está prevista la secuela, para 2020. De momento, a quien le guste la acción desenfrenada y trepidante, disfrutará con esta entrega.