¿BARBARA O BRIGITTE? ¡JEANNE BALIBAR!
Barbara (1930-1997), conocida como «La dame en noir» -o «La dame brune» en una canción que le dedicó Georges Moustaki y que cantaron juntos-, fue una cantante y compositora francesa de origen judío, muchas de cuyas canciones se han convertido en clásicos de la «chanson française». Aunque reconocida internacionalmente, fue en Francia donde triunfó especialmente durante sus cuarenta años de carrera. Todavía hoy, su música se sigue escuchando y, veinte años después de su muerte, Barbara sigue siendo un icono. Eso explica que la película de Mathieu Amalric haya tenido un impacto en el país vecino que difícilmente pueda darse en España, donde no es tan famosa, y menos aún entre las nuevas generaciones.
La película se acerca a la figura de la artista de un modo bastante original: Yves Zand, director de cine, decide hacer una película sobre Barbara. La actriz elegida para interpretarla es Brigitte, con un parecido físico extraordinario y capaz, además, de identificarse con sus gestos, su forma de sentarse al piano, de cantar…
Es cine dentro del cine, de forma muy curiosa. No sólo porque el mismo director de Barbara, Mathieu Amalric, encarna al director que, en la ficción, se dispone a rodar una suerte de biopic sobre la cantante, sino porque llegan a superponerse escenas en las que la actriz real, Jeanne Balibar, en el personaje de Brigitte, baila frente a un panel en el que al mismo tiempo se proyectan actuaciones de la auténtica Barbara. Tres personajes para la misma persona se reflejan a la vez: Barbara, Brigitte y Jeanne Balibar.
El film no es un biopic convencional, porque no pretende seguir la vida de la cantante. Ni tan siquiera tiene un relato narrativo lineal. Es como si, al hilo de las grabaciones de la película de Yves Zand, Mathieu Amalric extrajera algunas escenas de la misma, que combinara con imágenes de archivo de la realidad de Barbara, de Brigitte, la actriz que trabaja en el film, y de Balibar que hace el papel de Brigitte. No es extraño que el espectador se pierda a veces. Pero hay que decir que Jeanne Balibar está tan magnífica como Barbara-Brigitte, incluso interpretando su música, que compensa que no siempre se sepa dónde estamos.
Buena película para un público muy concreto, cinéfilos atraídos por el extraño, aunque interesante y hermoso, producto de Amalric, y amantes de la música de Barbara.