Cine y Valores

Liberando un continente: Juan Pablo II y la revolución de la libertad

Título original: 
Liberating a Continent: John Paul II and the Fall of Communism
Género: 
Puntuación: 
9

Average: 9 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2016
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Intérpretes: 
Distribuidora: 
Duración: 
92
Crítica: 

Soberbia película documental sobre cómo acabó cayendo el comunismo en los países del centro y este de Europa, no por medio de la fuerza, sino con la revolución espiritual que inspiró Karol Wojtyla, una de las figuras más emblemáticas y decisivas del siglo XX.

Naglieri ha optado por presentar los acontecimientos en un perfecto orden cronológico, lo cual facilita muy bien la lectura de la relación causa efecto, primero en el trágico ascenso de expansión del totalitarismo, con su cruel reguero de furia y sangre, hasta llegar al punto de inflexión el 2 de junio de 1979, en un acto del Papa Juan Pablo II en la Plaza de la Victoria de Varsovia. Allí empezó la «revolución espiritual» que consiguió reconducir la situación y hacer que, en un efecto dominó, el totalitarismo cayera país a país, desapareciera el llamado «telón de acero» y Europa recuperara la libertad.

Una primera parte de la película funciona a modo de introducción para recordar de forma esquemática la expansión del comunismo por Europa, desde 1917, con la Revolución rusa, las posteriores acciones demoledoras de la Unión Soviética -purgas, ejecuciones masivas, aplastamiento de Ucrania y Polonia…-, hasta llegar a la Conferencia de Yalta, después de la Segunda Guerra Mundial. Se sigue con las acciones comunistas de invasiones y masacres, Hungría en 1956, Checoslovaquia en 1968, miles de trabajadores en huelga asesinados en Polonia en 1970.

Pero esa marcha aplastadora de la pesada máquina comunista verá surgir a un líder capaz de neutralizar su macabra fuerza: el 16 de octubre de 1978 es elegido Papa un polaco carismático, el cardenal Karol Wojtyla. Al año siguiente de su subida a la silla de Pedro, viajó a su Polonia natal, y la Europa central y del este recobró la esperanza y la fuerza de la libertad. En 1980 nació el sindicato Solidaridad y en 1989, se celebraron las primeras elecciones libres en el país.

Tras ese esquema histórico global, el documental se centra en el personaje, su compromiso y su protagonismo por recuperar el respeto a la dignidad del hombre y su derecho a la libertad. Su íntimo convencimiento de que la persona fue creada por Dios para la libertad inspiró a intelectuales, jóvenes, obreros… y se removieron las raíces de Europa.

Dos gritos del alma de Juan Pablo II constituyen el eje sobre el que gira todo el documental. Uno cuando le preguntaron qué frase rescataría de la Biblia si fuera la única que fuera a permanecer, y él respondió sin vacilación: «La verdad os hará libres». El otro, su primera voz al mundo, como Vicario de Cristo: «Non abbiate paura! Aprite, anzi, spalancate le porte a Cristo!» ‘¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!’. Adhesión incondicional a Cristo, amor a la verdad, derecho del hombre a la libertad. Sin embargo, el Papa no ejerció acciones políticas, nunca se alejó de su ministerio pastoral, la suya fue una revolución espiritual, la conciencia de la pertenencia a Cristo y de la dignidad del hombre. La fuerza no habría podido sacudir el yugo del comunismo, pero el compromiso por la verdad y la libertad, siempre con la confianza en Dios y la fortaleza que brota de la oración, fue capaz de derrumbar el telón de acero que hería las entrañas de Europa.

La factura es muy buena, con abundantes y variadas películas y fotografías antiguas en blanco y negro o en color, y planos actuales bellísimos, todos unidos fluidamente, dando como resultado un documento interesantísimo y muy ameno. Para armar todo ese material, David Naglieri se sirve de testimonios de autoridades de la Iglesia, como el Cardenal Stanisław Dziwisz, Arzobispo emérito de Cracovia; Mons. Mieczyslaw Mokrzycki, Arzobispo de Lviv; Mons. Rev. Gintaras Grusas, Arzobispo de Vilnius, Lituania, entre otros, políticos, como Hana Suchoka, ex Primer Ministra de Polonia y Valdus Adamkus, ex Presidente de Lituania, escritores, historiadores, profesores, periodistas, filósofos, activistas del sindicato Solidaridad...

En conjunto, una magnífica lección de historia, que culmina anunciando el peligro de las fuerzas malignas que amenazaban con sustituir al poder devastador del ateísmo y el comunismo, es decir, el materialismo y el relativismo. Hoy, por desgracia, totalmente presentes en Europa. Los problemas humanos sólo se solucionan por elevación, pero es muy fácil volver a caer en esclavitudes tan duras como las que ejercieron las ideologías políticas. Europa se sacudió las cadenas de los regímenes totalitarios y ha acabado sometiéndose a una opresión no menos destructiva.  

Así las cosas, al acabar la proyección, a uno le viene a la memoria el grito de Juan Pablo II en España: «Europa, vuelve a encontrarte. Sé tú misma». Nosotros, la Europa de hoy, debemos dar respuesta a esa llamada y a ese reto.