Argumento: Joyce Maynard (novela)
Adele, una mujer inestable y atormentada, y su hijo Henry, de 13 años, están haciendo las compras en un supermercado. De súbito, un hombre herido, les obliga a llevarlo a su casa. Por las noticias se enteran de que se trata de un peligroso asesino buscado por toda la policía. Sin embargo, parece un hombre bueno, amable y muy humano. Poco a poco, en el corto tiempo que van a permanecer juntos, Frank, el fugitivo, y Adele, se ayudarán uno a otro a liberarse de las cadenas que los oprimen, mientras Henry, en plena adolescencia, adquirirá madurez. Esos tres días de tensión y relaciones humanas los marcarán para el resto de sus vidas.
El planteamiento de la historia es interesante. Ambos personajes, Adele y Frank, están desesperados por su falta de libertad, el enigmático Frank ha logrado escaparse de la cárcel pero está en busca y captura, Adele se siente sin fuerzas para vivir por el peso del pasado. La convivencia entre ellos va actuando como una terapia para que, uno y otro, dejen aflorar el drama que llevan dentro y vuelvan a encontrar una razón para vivir.
El espectador se va enterando paulatinamente de cómo han llegado a ese punto de desestructuración interior. Y, al mismo tiempo, sigue la tensión de la historia en el presente, con la policía cada vez más cerca. Pero la película es desigual y, en algunos momentos, casi roza el folletín.
Los actores llevan a cabo un buen trabajo y la película entretiene. No se le puede pedir mucho más, pero permite pasar un buen rato y hasta te da materia para reflexionar sobre el valor de la confianza, el amor y la fidelidad.