Hassan Kadam tiene un don innato para la cocina, que su madre supo potenciar con sus lecciones en el restaurante que poseían en Bombay. Después del fallecimiento de la madre en circunstancias trágicas, toda la familia, los cinco hijos bajo el gobierno de “Papa”, emigran a Inglaterra, y de allí dan el salto a Francia, donde se establecen en el precioso pueblo de Saint-Antonin-Noble-Val, en el sur del país. El Sr. Kadam decide que es el lugar ideal para establecer su hogar y abrir un restaurante indio, la “Maison Mumbai”, justo a diez metros del elegante “Le saule pleureur” (El sauce llorón), un restaurante de cocina francesa galardonado con una estrella Michelin. La dueña del restaurante, Madame Mallory, muy molesta con sus nuevos vecinos, desarrolla toda una estrategia para boicotearles el negocio, como acaparar todas las existencias del mercado, al tiempo que hace valer todas sus influencias con el alcalde para ponerles trabas legales. La guerra que ella ha iniciado se le va de las manos y aparece la violencia con consecuencias muy graves. Mientras tanto, entre Hassan y Marguerite, la segunda chef de Madame Mallory, ha surgido algo muy parecido a un idilio.
Es una historia “bonita”, que tal vez sería muy difícil que se diera en la vida real, pero el espectador se queda con la idea de que así deberían ser las cosas. Frente a la barbarie que rechaza violentamente a los extranjeros, la Francia genuina, cargada de humanidad y saber estar; frente a las rivalidades profesionales, la generosidad para promocionar; frente a la cerrazón en las propias costumbres, la disposición a abrirse y colaborar; frente al mutuo desconocimiento, la amistad y el amor.
El elenco de actores lleva a cabo una gran labor, saben conectar con el espectador, al que hacen partícipe de sus sentimientos y sus dilemas. Helen Mirren está magnífica en su papel de Madame Mallory, compartiendo estrellato con un sensacional Om Puri, el dueño indio de la “Maison Mumbai”, muy bien secundados por el resto de los actores, la mayoría jóvenes poco conocidos, entre los que destacan Manish Dayal, como Hassan Kadama, y Charlotte Le Bon, la segunda chef de “Le saule pleureur”.
Es una película para disfrutarla, una historia de buena gente que crea una trama de relaciones valiosa, emotiva y divertida, que deja “muy buen sabor de boca” –y provoca una cierta sensación de apetito, hay que advertirlo– y que, además, lanza un oportuno mensaje sobre la convivencia de distintas razas, no enquistadas cada una en sí misma, sino dispuestas a un auténtico encuentro. Sin dejar de ser quien es, uno se abre al otro para acogerlo y brindarle lo mejor de sí mismo. El resultado es magnífico para todos.
Muy recomendable para pasar un buen rato y salir de buen humor, con fe en la vida y en el hombre.
Un viaje de diez metros
Título original:
The Hundred-Foot Journey
Género:
Puntuación:
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Publico recomendado:
País:
Año:
2014
Dirección:
Fotografía:
Música:
Intérpretes:
Distribuidora:
Duración:
122
Contenido formativo:
Crítica: