Julio de 1936. Un grupo de jóvenes seminaristas llega a Barbastro para su etapa de formación en el Seminario de los claretianos. Las noticias que llegan sobre el levantamiento militar y la reacción de diversas capitanías son confusas. La ciudad de Barbastro era un punto estratégico para las fuerzas de la República, porque las tres capitales aragonesas estaban controladas por el bando nacional. El comité revolucionario de la CNT, perfectamente organizado, se hace con el mando absoluto en esa localidad oscense.
El día 20 de ese mismo mes, la casa de la comunidad claretiana fue asaltada por un grupo de anarquistas para practicar un registro y ver si escondían armas. El padre Superior, el Prefecto y el Ecónomo fueron arrestados y el resto de claretianos fueron trasladados al colegio de los Padres Escolapios, donde fueron encerrados en el salón de actos.
El fusilamiento por error de unos anarquistas de Barcelona, provocó el viaje a Barbastro del anarquista Buenaventura Durruti. La situación se había hecho tan tensa que, para demostrar su adhesión a la causa, al comité se vio forzado a cumplir la exigencia de que se pusiese fin a “tantas personas peligrosas”, con referencia explícita al Obispo Asensio y a los sacerdotes en general.
El ambiente en el pueblo era ya tremendamente hostil contra los cuarenta y nueve Misioneros encerrados en el colegio de los Escolapios. Por las ventanas, el populacho trataba de verlos, los insultaban y reclamaban a gritos su muerte. Mientras tanto, en el exterior, las iglesias eran saqueadas e incendiadas y las profanaciones se repetían por doquier.
Los anarquistas buscaban la apostasía de los detenidos y les ofrecían la libertad a cambio de que renegaran de su fe. Les dieron también acceso libre al salón a algunas de las prostitutas que habían llegado de Barcelona con la columna de Durruti, que se dedicaban a acosar a los jóvenes con toda clase de procacidades. Pero todos los Misioneros sin excepción se mantuvieron firmes, con dignidad, dispuestos al martirio, que ya sabían inminente.
En la película aparece también la curiosa figura de “la Trini” apodada “la Pallaresa”, una miliciana tan guapa como atrevida y desvergonzada. Se enamoró perdidamente del estudiante Esteban Casadevall, porque se parecía a su ídolo, el actor Rodolfo Valentino. Su atracción por él no conocía límites y lo asediaba del modo más inesperado. Los compañeros no lo dejaban solo en ningún momento, ante la desesperación de “la Trini”, que no logró conseguir sus propósitos.
Entre los días 2 al 18 de agosto de 1936, fueron todos asesinados, primero los Superiores, luego todos los demás. Entre los estudiantes se encontraban dos argentinos, que fueron liberados debido a su procedencia extranjera. Sus testimonios fueron clave para que se conocieran en pormenor los hechos acaecidos.
En UN DIOS PROHIBIDO se narran hechos que sucedieron en la realidad, pero sin ninguna mirada de rencor hacia los verdugos. Incluso hay episodios que fueron de crueldad extrema y que en la película aparecen sólo insinuados, como el martirio y muerte del obispo Florentino Asensio, un acto de tal ensañamiento que horroriza tan sólo pensarlo. Porque lo de verdad interesa a Pablo Moreno es la talla humana de los mártires de Barbastro, personas de fe que murieron con el nombre de Cristo en los labios, perdonando y amando hasta el último suspiro.
Los mártires de Barbastro fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II en 1992. Cinco años más tarde, lo sería también Ceferino Giménez, “el Pelé”, siendo así el primer gitano martirizado en ser elevado a los altares.
Se trata de un film coral, con gran número de actores, y, sin embargo, ha contado con un presupuesto muy reducido. Pero el resultado es francamente bueno. La trama tiene carácter intimista, se centra sobre todo en las vivencias de los jóvenes misioneros, en todo su proceso interior, desde que empiezan de hacerse cargo de la realidad de la situación en que se encuentran hasta que asumen heroicamente el martirio que les espera. La narración no pierde vigor en ningún momento y mantiene siempre la atención y la tensión del espectador. Es una película altamente recomendable que nadie debería perderse.
Un Dios prohibido
Puntuación:
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Publico recomendado:
País:
Año:
2013
Dirección:
Guión:
Fotografía:
Música:
Intérpretes:
Iñigo Etayo, Jerónimo Salas, Alex Larumbe, Luis Segui, Eneko Capapay, Gabriel González, Ricardo del Cano, Isaac Israel, Guido Agustín Balzaretti, Javier Suárez, Julio Alonso, Juan Lombardero, José María Rueda, César Diéguez, Daniel Gómez, Jorge Ferrer, Rodrigo Saiz, Teseo Martín, Santiago Blanco, Gabriel Latorre, Jesús Guzmán, José Carlos Cañas, Mauro Muñiz, Elena Furiase, Ainhoa Aldanondo, Raúl Escudero, Jacobo Muñoz, Juan Alberto López, Alex Tormo, José García Carrasco, Miguel Ángel Morenza, Juanjo Díaz Polo, Chema Coloma, Jordi Estupiña, Gonzalo Mérida, Juan Rueda, Emma Caballero, María Jesús Pereiro, Rodrigo Poison.
Distribuidora:
Duración:
1
Contenido formativo:
Crítica: