A un agente secreto llamado Juan Manuel Cotelo, la “jefa” de una misteriosa asociación atea, le asigna la delicada misión de descubrir si es verdad o no el fenómeno de la religión cristiana, cerciorarse de si están realmente locos los millones de hombres que creen, o bien si es cierto que hay un Dios que ama a cada hombre por sí mismo, y que existe una madre que se ocupa de todos los hombres, vela por ellos, les habla, les da consejos... Así empieza una historia sorprendente, divertida y, sin duda, muy original.
El agente, que debe actuar como “Abogado del Diablo”, va a desarrollar su trabajo realizando entrevistas a personajes variopintos y visitando lugares especialmente señalados por apariciones marianas. Empieza en Londres, con el prestigio empresario John Rick Miller, ex asesor del gobierno de Estados Unidos; sigue en México con Salvador Íñiguez, que en su tiempo libre evangeliza a prostitutas en las zonas más deprimidas de la ciudad; a continuación entrevista a la modelo colombiana Amada Rosa Pérez, que ha sufrido un proceso de conversión y ha abandonado su vida frívola y disipada; al sacerdote panameño Francisco Verar, fundador de una casa de acogida para mujeres y niños que han sufrido abusos; al Dr. John Bruchaski, de Washington D.C., que practicó cientos de abortos antes de recuperar la fe y hacerse, él y su esposa, defensores de la vida; y a la bailarina de Las Vegas Lola Falana, que encontró a Dios después que le fuera diagnosticada una esclerosis múltiple. Por fin, su trabajo de investigación culmina en Medjugorje, una aldea de Bosnia-Herzegovina donde se afirma que, desde hace más de treinta años, se aparece la Virgen María. Allí tiene ocasión de asistir a algunas ceremonias litúrgicas y entrevistar a cuatro de los videntes, a la guía e intérprete croata Filka Mihalj y a la joven italiana Silvia Buso, que se curó de una paraplejía que sufría desde los diecisiete años.
.MARY´S LAND es propiamente un documental, pero, envuelto en esa sencilla trama de ficción-detectivesca, atrapa al espectador en esa suerte de intrigante línea argumental. A pesar de que podrían hacérsele algunos pequeños reproches en el tratamiento de los episodios bíblicos, en su conjunto estamos ante una obra magnífica. La fotografía es bellísima, y excelente el montaje sonoro y visual. Los testimonios encierran un gran valor y son capaces de suscitar interrogantes y hasta de interpelar, sin embargo el film nunca pierde su tono amable y hasta cómico. Esa mezcla de realidad y ficción, profundidad y humor, resulta enormemente sugerente para el espectador, al que se le pasan sin sentir las dos horas de metraje.