FUE EL COMIENZO DE UNA GRAN AMISTAD

El joven Lucas y su novia Olivia llevan de comer a una colonia de gatos que vive entre las ruinas de un viejo edificio. Pero lo que no saben es que, entre los escombros, también vive una mamá pitbull con sus cachorros. La vida de esos animales es convulsionada cuando van a empezar las obras de demolición. Una cachorrilla pitbull, recién separada de su madre, sale despavorida y se lanza en brazos de Lucas, porque siente que es la persona con quien quiere estar. El joven corresponde a sus caricias y se la lleva a su casa. Allí, Bella, la adorable perrita, es totalmente feliz con su adorado Lucas y su madre. Sin embargo, por su propia seguridad, su dueño la traslada temporalmente a 600 km. de su ciudad. Pero Bella no entiende que la separación es por su bien y decide emprender un arriesgado viaje de regreso al hogar. Aprenderá a sobrevivir en medio de grandes dificultades, correrá graves riesgos, conocerá nuevos amigos y vivirá emocionantes aventuras, pero nunca desistirá de su objetivo de reencontrarse con Lucas.

Deliciosa película familiar, sencilla en su línea argumental, pero que se sigue con sumo gusto. El hilo narrativo del film es la voz en off de Bella que va exponiendo sus sentimientos y su interpretación de la realidad. Resulta muy divertido porque en su soliloquio se entremezclan expresiones humanas con una forma canina de interpretar las situaciones. Las aventuras de Bella están muy bien plasmadas, sobre todo las que tienen lugar en el bosque, a través de las estaciones a lo largo de los dos años que dura su periplo. La pequeña puma que se convierte en su amiga está creada digitalmente, pero hay que decir que alcanza efectos visuales muy notables. Bella es tan entrañable que emociona solo mirarla. En cuanto a los actores, cumplen muy bien en general, si bien destacan Jonah Hauer-King y Ashley Judd en los papeles de Lucas y su madre.

Uno más de la familia pone de relieve la fidelidad inquebrantable de los perros hacia sus amos, y el cariño que necesitan esos animales, lo cual implica una reflexión sobre la responsabilidad que se adquiere cuando uno adopta una mascota: son seres vivos a los que se debe tratar con respeto y afecto, no como si fueran objetos de capricho que pueden desecharse cuando dejan de interesar. Además, las relaciones entre Bella y los seres humanos -su familia, amigos y enemigos-, y también entre Bella y los animales -amigos y depredadores- constituyen toda una lección sobe la importancia del amor y la generosidad para ser felices y hacer felices a los demás. La película nos habla asimismo del poder sanador del amor -las escenas de Bella con los heridos de guerra son hilarantes y conmovedoras- y de cómo preocuparse por los demás en lugar de conformarse con las propias pequeñas satisfacciones contribuye a crear un mundo mejor y más acogedor.

Una película totalmente recomendable.