Cine y Valores

Samba

Título original: 
Samba
Género: 
Puntuación: 
5

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Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2014
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
115
Contenido formativo: 
Crítica: 

Argumento: Delphine Coulin (Novela)
Samba es un emigrante senegalés que lleva 10 años en Francia, pero al que todavía no le han concedido el permiso de residencia. Trabaja como lavaplatos en el restaurante donde está empleado su tío, con el que comparte una pequeña vivienda. El joven confía tener pronto los papeles regularizados y poder, así, ser contratado legalmente como cocinero. Pero las cosas resultan mucho más complicadas de lo que él se imaginaba: Ante su sorpresa, su solicitud es desestimada y recibe la orden de abandonar inmediatamente el país. Entonces establece contacto con una ONG que se dedica a asesorar y ayudar a personas inmigrantes en situación irregular. Así tiene ocasión de conocer a Alice, que está iniciándose como voluntaria en dicha organización. Se trata de una mujer joven, que enfermó a causa del estrés en el trabajo y ha tenido que abandonar por un tiempo su actividad laboral. Entre ellos se establece una curiosa relación, que bascula entre atracción personal, amistad y enamoramiento.
Después del gran éxito que lograron con INTOCABLE (2011), los directores franceses Olivier Nakache y Eric Toledano se han lanzado a una nueva aventura, SAMBA, de la que también son guionistas, adaptando, en este caso, una novela de Delphine Coulin. Para el papel protagonista repiten con el que parece ser su actor “fetiche”, Omar Sy, que de nuevo ofrece una lección de dominio y naturalidad ante la cámara. Charlotte Gainsbourg encarna muy bien su papel de ejecutiva estresada, insegura, desorientada, pero llena de buenos sentimientos. El resto del elenco funciona también perfectamente en un relato fluido y dinámico que conmueve y divierte.
El tándem Nakache-Toledano nos presenta en clave cómica los complicados e ineficaces trámites burocráticos establecidos para controlar la inmigración ilegal en Francia. Pero los directores no llevan a cabo un análisis realista de ese drama y de su problemática, sino que se limitan a una visión amable –y, por tanto, muy superficial–, tratada con grandes dosis de humor indulgente, carente de toda acidez. Tampoco pretenden que el entrañable y simpático Samba, honesto y trabajador, represente el paradigma del inmigrante. En la realidad cotidiana, las dificultades y hasta los riesgos de la inmigración incontrolada en Europa están muy lejos de ser sencillos y fáciles de resolver. Como tampoco el perfil del inmigrante clandestino es siempre tan idílico como los que aparecen en el film.
Aun sin alcanzar el nivel de INTOCABLE, su predecesora, SAMBA resulta una película simpática, humana y divertida, que permite pasar un buen rato. Además, a pesar de que la película mira con humor el tema de la inmigración, sin entrar en más profundidades, abre un espacio para la reflexión y el diálogo sobre el grave problema social y político que supone la realidad de los llamados “sin-papeles”, y, muy especialmente, sobre la tremenda tragedia humana de quienes, como Samba, sólo pretenden ganarse la vida honradamente y poder aliviar la miseria de su familia en su país de origen.