YO ME ENTREGO A TI

Cuando Rosa, que trabaja como modista en el mundo del espectáculo, está a punto de cumplir cuarenta y cinco años, se detiene por fin a reflexionar sobre su existencia cotidiana y se da cuenta de que es la “percha” de los problemas de todos, tanto en el ámbito del trabajo como en su entorno familiar. Nadie piensa propiamente en ella, nadie se pregunta si es feliz ni se plantea que están abusando de ella.

Su hermano, en proceso de separación, le deja tranquilamente a sus hijos a su cargo sin ni consultarla. Él mismo y la otra hermana dan por supuesto que Rosa es quien controla las visitas al médico de su padre y se despreocupan totalmente. Por lo cual, el hombre decide que lo más práctico es que se vaya a vivir definitivamente con ella. La hija de Rosa regresa de Londres con su bebé, dispuesta también a instalarse en casa de su madre. Y lo mismo le sucede con los compañeros de trabajo, todos se apoyan en ella.

Agotada por la presión de tanto egoísmo, Rosa resuelve cortar drásticamente con todo y, por primera vez en su vida, pensar solo en ella. Así que toma la decisión de casarse... ¡con ella misma! Quiere prometerse a sí misma amor y fidelidad, cuidarse con mimo hasta la muerte. Por otra parte, deja su trabajo de para cumplir el sueño de crear su propio negocio.

Primero el desconcierto y después el pánico cunden en la familia –incluido su novio– y cada uno intenta asumir la situación como puede.

Icíar Bollaín firma una comedia entretenida, con un guion sólido, escrito en colaboración con Alicia Luna. Bajo un argumento divertido y aparentemente esperpéntico, la historia da mucho que pensar. Lo importante no es lo que sucede, sino los personajes, cómo establecen los vínculos con los demás y con el mundo en general, cuáles son sus criterios, sus metas, sus valores y sus referentes éticos.

En ese sentido, la comedia es un espejo de la sociedad actual, individualista y egoísta. Cada cual va a lo suyo sin preocuparse de los demás, pero, al mismo tiempo, espera que esos «demás» sí se preocupen por él. A fin de cuentas, la situación de todo egoísta es la soledad, tal vez cómoda, pero no por ello menos vacía. Está claro que la solución no es volverse tan egocéntrico como todos los demás, sino reivindicar el derecho de cada uno a ser él mismo, a tener su propia vida, cambiando las relaciones  unidireccionales (Rosa se da a todos y no recibe nada de nadie) por relaciones de doble dirección (todos colaboran con todos para que nadie se quede sin sus derechos).    

Los actores hacen todos un buen trabajo, especialmente Candela Peña, espléndida como Rosa, y sus dos hermanos, Nathalie Poza y Sergi López.

Una película muy veraniega que permite pasar un buen rato e invita también a la reflexión.