Cine y Valores

Coherence

Título original: 
Coherence
Puntuación: 
5

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Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2013
Dirección: 
Fotografía: 
Distribuidora: 
Duración: 
89
Contenido formativo: 
Crítica: 

Un grupo de amigos se reúnen a cenar en casa de uno de ellos, en un barrio tranquilo y silencioso. Esa noche un cometa va a pasar cerca de la Tierra y ellos recuerdan que años atrás, en 1923, la presencia de otro cometa produjo extraños efectos a los habitantes de un pueblo de Finlandia, que quedaron totalmente desorientados hasta el punto de que una mujer no era capaz de reconocer a su propio marido. De súbito empiezan a resquebrajarse las pantallas de sus teléfonos móviles y se apagan todas las luces de la urbanización. En la casa hay un alternador, con el cual vuelven a tener luz de inmediato. Se asoman a la puerta y ven que todo permanece a oscuras excepto una casa al final de la calle. Luego comprobarán que la casa iluminada es la misma en la que ellos están, y que, inexplicablemente, es realidad en otro lugar al mismo tiempo. También ellos empiezan a desdoblarse en dos, tres y hasta cuatro personas, que son la misma pero con una cierta alteridad, como para verse y hasta poder dañarse físicamente. Nadie sabe quién es quien, todos desconfían de todos y hasta de sí mismo, o, mejor dicho, de los alter ego amenazantes porque sólo uno puede sobrevivir.
James Ward Byrkit juega con conceptos científicos de física cuántica que no quedan en absoluto claros, y ofrece un thriller de ciencia ficción inquietante, sorprendente, ilógico. Las escenas rodadas cámara en mano y con abundancia de planos cortos contribuyen a crear un clima de desasosiego que logra mantener al espectador anclado en su sillón sin pestañear.
La historia podría ser tal vez más explicable por el consumo de ketamina, droga que produce experiencias psicodélicas de gran intensidad, que por la presunta multiplicación de universos. Pero, aunque la droga está presente en la agitada reunión, no parece que todos la lleguen a consumir. De tal modo que se mantiene el clima misteriosamente ambiguo. El planteamiento es tan incongruente y absurdo en relación con la experiencia real que no es posible identificarse con los personajes y con la situación, no hay hondura humana. Es película de “consumo”, que no deja poso ninguno para reflexionar y dialogar.
Sin embargo, es innegable que James Ward Byrkit ha logrado una obra bien elaborada e inteligente, que resulta entretenida e interesará sin duda a los amantes de la ansiedad y los sobresaltos en el cine.