Cine y Valores

Ben-Hur

Título original: 
Ben-Hur
Género: 
Puntuación: 
6

Average: 6 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2016
Dirección: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
125
Crítica: 

Jerusalén, sobre el año 27 de nuestra era. El país, sometido al yugo de Roma, vive la tensión de constantes revueltas de los zelotes en contra del invasor. El príncipe judío Judah Ben-Hur lleva una vida pacífica, pero por un desgraciado incidente, es acusado falsamente de alta traición. Y es su propio hermano Messala, convertido en tribuno romano, quien envía a Judah a galeras y condena a su madre y a su hermana a morir crucificadas. Años después, cerca de la pascua, el increíblemente superviviente Judah regresa para vengarse.

Ante todo, hay que tener en cuenta que el Ben-Hur del ruso Timur Bekmambetov no es un remake del célebre film de William Wyler (1959), sino una nueva adaptación de la novela del mismo nombre del escritor estadounidense Lew Wallace, publicada en 1880. Esta versión es ante todo, un film de acción. El espectador debe, por tanto, hacer el esfuerzo, de ver esta versión con ojos nuevos, para no esperar ese sentimiento de grandeza épica que caracterizaba la obra de Wyler.

La acción está perfectamente ubicada geográfica e históricamente, pero resulta bastante inverosímil el propósito romano de construir un circo en Jerusalén, así como de hacer coincidir su inauguración con la celebración de la pascua. Sin embargo no es algo que tenga demasiada importancia, se trata de una simple licencia para el argumento.

La presencia de Jesús, aunque parecida en cuanto a metraje, es mucho más relevante en este Ben-Hur. Oímos sus palabras y vemos su rostro y sus gestos en varias ocasiones, pero lo más importante es que toda la acción argumental confluye en el crucificado y su mensaje para la conclusión final. Lo que era una historia de venganza, de «ojo por ojo», se convierte en una historia de perdón y redención. Lo único que cabe objetarle es que nos es algo que surja naturalmente del desarrollo de los acontecimientos, sino que está un tanto forzado. Da la sensación como si hubiera habido cortes en la película que han supuesto dejar a los personajes sin la evolución lógica hacia esa actitud final.

Otros cambios en la película funcionan bastante bien, como la carrera de cuadrigas. Es espectacular, pero en ningún momento pretende emular la de Wyler, lo cual constituye un gran acierto. También el distinto enfoque que Bekmambetov le da a la batalla naval es atinado. Está narrada desde el punto de vista del o Judah, encadenado a los remos, se centra en lo que sucede en el interior del navío, provocando una viva sensación de claustrofobia, casi de angustia, que permite no extenderse en demasiados detalles del combate. También resulta acertado el cambio del noble romano que lo acoge como hijo, por un rico mercader norteafricano, el jeque Ilderim, que se convierte en su amigo, consejero y protector.

Los actores realizan un buen trabajo y encarnan bien a los personajes. Aunque también en este ámbito hay que hacer un esfuerzo por no comparar a Jack Huston con Charlton Heston. Rodrigo Santoro está convincente como Jesús, y Morgan Freeman puede con todo y es capaz de dar solidez y calidad a cualquier personaje que se le confíe.   

A pesar de la osadía que supone retomar una obra maestra, a cuyo nivel ni tan siquiera se acerca, la película resulta agradable y entretenida, y su mensaje de amor y perdón constituye un interesante colofón para la historia.