Cine y Valores

Así nos va

Título original: 
And So It Goes
Puntuación: 
5

Average: 5 (1 vote)

Publico recomendado: 
País: 
Año: 
2014
Dirección: 
Guión: 
Fotografía: 
Música: 
Distribuidora: 
Duración: 
94
Contenido formativo: 
Crítica: 

Oren Little (Michael Douglas) sólo espera vender su magnífica casa para retirarse definitivamente de su actividad como agente inmobiliario e irse a vivir a un rincón apacible. Mientras tanto se ha mudado a un apartamento algo destartalado, en una casa de vecinos, también de su propiedad. Celoso de su independencia y su soledad, es deliberadamente antipático y ofensivo con cualquiera que se cruce en su camino. Su vida no ha sido fácil –su esposa falleció de cáncer y su hijo, drogadicto, no le ha creado más que problemas y disgustos–. Desea más que nada disfrutar de su etapa de madurez sin que nadie pueda turbar la paz de sus días. Sus vecinos no lo soportan y, en el trabajo, sólo una vieja amiga se relaciona con él y lo aprecia realmente. Es la única persona que conoce al hombre bondadoso y tierno que esconde esa máscara de misántropo cascarrabias. Pero todos sus planes se ven trastocados cuando, inesperadamente, llega su hijo para comunicarle que va a ingresar voluntariamente en prisión y pedirle que se haga cargo de su nieta de nueve años (Sterling Jerins), cuya existencia desconocía.
Absolutamente desconcertado y desbordado por la situación, pretende desentenderse de la niña y dejarla al cuidado de su encantadora vecina Leah (Diane Keaton), con la que la niña se ha encariñado enseguida. Pero no es tan fácil como pensaba. Poco a poco, el gruñón Oren sentirá que su viejo corazón es todavía capaz de amar y experimentará el gozo de ser padre y abuelo.
Comedia amable y divertida, que nos recuerda lejanamente la película “Cuando menos te lo esperas”, de Nancy Meyers, protagonizada también por Diane Keaton, nominada al Oscar por su trabajo, y que, en esa ocasión, compartía estrellato con Jack Nicholson.
El guión de Mark Andrus es previsible, pero resulta una historia entretenida y tierna, con un inevitable final feliz como es habitual en Rob Reiner. Michael Douglas está soberbio en su personaje y llega a conseguir hacerlo creíble y acercarlo al espectador de tal modo que llegue a caerle bien a pesar de su carácter desabrido. Diane Keaton cumple también perfectamente, aunque el personaje de la entrañable Leah es mucho menos brillante y le dé menos ocasión de lucirse.
Sin ser nada excepcional, la película tiene su carga de optimismo, del gozo de vivir y amar a cualquier edad, y permite pasar un buen rato. No se le puede pedir más, pero una sonrisa durante 94 minutos tampoco es poca cosa.