VIDA, LITERATURA Y CINE

Con una estructura cuasi teatral, la acción se desarrolla generalmente en el estudio de Philip, un famoso escritor estadounidense que vive en Londres. El despacho funciona a la vez como un gabinete de psicoanálisis y como dormitorio de amantes, puesto que allí acude regularmente su amante, atrapada en un matrimonio frustrante. Allí tienen sus relaciones íntimas y hablan, en conversaciones interminables, sobre las mujeres que han conformado la vida del escritor, de sexo, de antisemitismo, de literatura, de autenticidad personal...

Además del estudio del escritor, con una decoración sencilla, la acción se traslada a veces a algún piso decorado con lujo, algún restaurante, una habitación de hospital y hasta una sala de juicios, en la que Philip se defiende en nombre de la libertad artística, de las acusaciones de machismo que le lanzan las mujeres.  

Al escritor le interesan enormemente las mujeres, no solo como amantes, sino, especialmente, en la medida en que constituyen una fuente de inspiración para sus novelas, por todo lo que viven y sienten con él mismo o con sus respectivos maridos o amantes. En su imaginación creativa, sus propias amantes se transforman en personajes literarios de ficción.

Desplechin nos ofrece una película delicada, inteligente y sensible. La palabra constituye el núcleo de la trama, bien enmarcada en una estética muy cuidada, con un maridaje muy logrado de música e imágenes y con un esmerado cuidado de la luz. Ni en las escenas más íntimas y sensuales, con primeros planos de mujeres de una gran belleza, el cineasta jamás fuerza los rasgos eróticos. Es una historia de sentimientos y de creatividad literaria, en la que priman las palabras y los diálogos. 

La gran fuerza de la película proviene de unos magníficos actores. Philip, un Denis Podalydès en estado de gracia, es el protagonista, pero generalmente cede su lugar a las mujeres de la historia, que irradian el magnetismo de su belleza, perfectamente encarnadas por un reparto extraordinario: Léa Seydoux, la amante inglesa infeliz con el marido, Emmanuelle Devos, con el temor de su enfermedad, Rebecca Marder, la estudiante amante del profesor, Madalina Constantin, la checa que se casó por interés, Anouk Grinberg, la esposa desconcertada y celosa...

Una hermosa película sobre cómo la realidad, transformada en inspiración en la mente de un artista, emerge en forma de novela. Los personajes reales de la vida se transforman en personajes de ficción, no menos reales, pero de un tipo de realidad que cobra cuerpo en la imaginación del lector. 

En un diálogo final sutilmente feminista entre autor y personaje, la amante inglesa rechaza el ofrecimiento de Philip de ser su Nausicaa (personaje de la Odisea, hija del rey Alcínoo), y prefiere asumir el papel de Homero. O lo que es lo mismo, quiere ser ella misma su narradora, quien decide sobre su destino.