Eliezer y Uriel Shkolnik, padre e hijo, son dos excéntricos académicos, que han dedicado toda su vida al estudio del Talmud. Eliezer es un hombre amargado porque nunca ha visto reconocido su trabajo, salvo en una ocasión, en que un prestigioso investigador lo citó en una nota a pie de página. Dicha nota es su orgullo y el bálsamo de su frustración. Vive aislado, ajeno, incluso, a su propia familia. Sólo muy sutilmente, la película nos insinúa que tiene algunas relaciones amistosas y hasta, tal vez, un cierto romance extramatrimonial. Uriel por su parte está ascendiendo en su reputación como investigador, lo cual provoca en Eliezer una reacción más cercana a la envidia que a los simples celos. Arrastra resentimientos contra su padre desde la infancia, porque no supo, o no quiso, responder a sus necesidades afectivas de niño, pero no se da cuenta de que él mismo, con su esposa y su hijo, no está muy lejos de la misma actitud que le reprocha a Eliezer.
Pero un buen día, la ministra de cultura le comunica por teléfono a Eliezer la concesión del prestigiosísimo premio “Israel”, el mayor honor para eruditos del país. Por fin, el mundo entero reconocerá su categoría como investigador. Apenas si en familia se le ve un gesto de satisfacción, sin embargo con sus amigos y con la misteriosa mujer lo celebra alborozado. Contra lo que cabría esperar, en lugar de estar ya en condiciones de aceptar con orgullo de padre los bien merecidos premios de su hijo, inferiores todos ellos al que él acaba de recibir, aprovecha los encuentros con la prensa para denigrar y ridiculizar públicamente el trabajo de Uriel.
Uriel se siente orgulloso de su padre, hasta que lee sus declaraciones infamantes que lo dejan herido en lo más profundo de su ser. Y en esas circunstancias se le plantea un arduo conflicto ético, pues se ve en la necesidad de elegir entre salvar la gloria y el honor de su padre, a precio de acabar con su propia y brillante carrera para siempre, o defender sus propios intereses dejando que se hunda Eliezer.
Con estos ingredientes, PIE DE PÁGINA podría fácilmente haber caído en el melodrama. Sin embargo no deja de ser en ningún momento una película elegante, incluso cuando expone las miserias del corazón humano, que hasta llegan a enturbiar los afectos filiales. Es una tragicomedia inteligente, que, sin ocultar ni suavizar nada de las pasiones rastreras de encono, soberbia y envidia, las contempla con comprensión hacia la fragilidad de las personas y con un fino y ácido humor.
El elenco actoral es magnífico, pero destacan especialmente Shlomo Bar-Aba y Lior Ashkenazi en los papeles principales, que nos ofrecen unas excelentes interpretaciones, siempre contenidos, sin caer nunca en el ridículo ni en la exageración.
Sin duda no estamos ante una película de masas, pero es una buena película, que despierta el interés del espectador y no defrauda en ningún momento.
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Título original:
Hearat Shulayim
Género:
Puntuación:
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Publico recomendado:
País:
Año:
2011
Dirección:
Guión:
Fotografía:
Música:
Intérpretes:
Distribuidora:
Duración:
103
Contenido formativo:
Crítica: